20/09/2015, 19:24
- Tengo hambre... - protestó Juro, mientras caminaban por las calles de Notsuba.
- Eres un crio. ¿No puedes aguantarte? - le espetó Katsue, cansada.
Juro llevaba ya más de una semana de viaje, y estaba cansado de la tierra, el barro, de caminar... Le dolian las piernas por seguir el ritmo de su hermana mayor. Todo por querer acompañarla en su viaje al país de la Tierra. Hacia mucho que no salía de Uzushiogakure, y quería ver mundo.
"Quizá debería haberme callado en su momento - pensó, aunque sabía que no era verdad. Dejarla irse otra vez y quedarse sólo en casa le irritaba. Por una vez quería ir él también.
- Mira, vete a comer algo, yo tengo que hacer unas cosas - prosiguió Katsue - ¿Tienes dinero?
Juro asintió, sonriendo. A pesar de que era un sitio nuevo y de que se perdería, quería explorarlo por su cuenta. Sin más dilación, ambos se despidieron. El chico se fue en dirección contraria, para no encontrársela por ahi. Quería arreglárselas por si mismo por una vez.
Mientras caminaban, pudo ver la multitud de dojos que había por la zona. Las casas parecían de estilo tradicional. Le gustaba bastante. Había vegetación, y pudo ver una cascada a lo lejos. Quizá el viaje hubiese merecido la pena...
Por fin, cuando su estómago rugía por cuarta vez, divisó un puesto de comida. Tenía una gran terraza, y estaba bastante lleno. En realidad, había tres mesas y dos ya estaban ocupadas. Sólo quedaba una mesa libre, y en ella había una persona que le dio escalofríos. Llevaba unos harapos en lugar de ropa y un brazo que desencajada. Era tan extraño... Podía ver el color carne de la piel, y un color marronaceo que no lograba identificar.
Pero era eso o nada. Cogió valor y se acerco a la mesa.
- Disculpe... - le dijo, tímidamente - ¿Esta mesa esta ocupada?
- Eres un crio. ¿No puedes aguantarte? - le espetó Katsue, cansada.
Juro llevaba ya más de una semana de viaje, y estaba cansado de la tierra, el barro, de caminar... Le dolian las piernas por seguir el ritmo de su hermana mayor. Todo por querer acompañarla en su viaje al país de la Tierra. Hacia mucho que no salía de Uzushiogakure, y quería ver mundo.
"Quizá debería haberme callado en su momento - pensó, aunque sabía que no era verdad. Dejarla irse otra vez y quedarse sólo en casa le irritaba. Por una vez quería ir él también.
- Mira, vete a comer algo, yo tengo que hacer unas cosas - prosiguió Katsue - ¿Tienes dinero?
Juro asintió, sonriendo. A pesar de que era un sitio nuevo y de que se perdería, quería explorarlo por su cuenta. Sin más dilación, ambos se despidieron. El chico se fue en dirección contraria, para no encontrársela por ahi. Quería arreglárselas por si mismo por una vez.
Mientras caminaban, pudo ver la multitud de dojos que había por la zona. Las casas parecían de estilo tradicional. Le gustaba bastante. Había vegetación, y pudo ver una cascada a lo lejos. Quizá el viaje hubiese merecido la pena...
Por fin, cuando su estómago rugía por cuarta vez, divisó un puesto de comida. Tenía una gran terraza, y estaba bastante lleno. En realidad, había tres mesas y dos ya estaban ocupadas. Sólo quedaba una mesa libre, y en ella había una persona que le dio escalofríos. Llevaba unos harapos en lugar de ropa y un brazo que desencajada. Era tan extraño... Podía ver el color carne de la piel, y un color marronaceo que no lograba identificar.
Pero era eso o nada. Cogió valor y se acerco a la mesa.
- Disculpe... - le dijo, tímidamente - ¿Esta mesa esta ocupada?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60