22/09/2018, 04:35
Y, aunque Kaido salió por la misma puerta que había entrado, y también creía haber memorizado lo suficientemente bien el camino de regreso para salir de aquel tumulto escondido; pronto se dio cuenta de que algo andaba absurdamente mal. No porque hubiera olvidado algo, o porque aquel gordo hubiera ordenado a su séquito que impidieran la salida de los genin, sino que nada allí afuera era igual a como lo había visto en primer lugar.
Ya el tugurio no estaba repleto de gente, ni música, ni festividad.
Y el único testigo de su huida, aquel hombre de anteojos que secaba los vasos tras la barra.
«¿Genjutsu?» —quizás, o no.
—Joder, era por aquí, estoy seguro. Pero... ya no hay escaleras —agregó.
Ya el tugurio no estaba repleto de gente, ni música, ni festividad.
Y el único testigo de su huida, aquel hombre de anteojos que secaba los vasos tras la barra.
«¿Genjutsu?» —quizás, o no.
—Joder, era por aquí, estoy seguro. Pero... ya no hay escaleras —agregó.