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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#35
—Antes dije que deberías pasar más tiempo con Kaido... —le oyó decir, nuevamente en todas partes y a la vez en ninguna—. Pero quizás también debas pasar menos tiempo con Amedama. Esas palabras son suyas, como suyo fue el error. Ya lo comprobó cuando le estuve entrenando. Ahora lo comprobarás tú.

—No... —susurró, con una gota de sudor frío deslizándose por su sien.

Y entonces se hizo el silencio. Fue como si le hubiesen colocado unos tapones en los oídos, y Ayame se llevó las manos a las orejas, sorprendida. La lluvía caía pero no la escuchaba, las olas habían cesado en su susurro constante, ni siquiera el viento... Era un silencio vacío, que presionaba en su cabeza. Y entonces el vacío la alcanzó a ella, y enroscó sus anillos en torno a su garganta y su pecho. Boqueó, pero el aire no le llegaba. No podía respirar. Las nubes se apartaron del cielo y la luz del Sol cayó tan inclemente sobre ella como la tormenta anterior. Le quemaba. La cegaba. Todo comenzó a dar vueltas a su alrededor. Se estaba ahogando como un pez fuera del agua.

Y cuando se creía a punto de perder la consciencia, salió a la superficie. Ayame tomó una profunda bocanada de aire como si hubiera estado bajo el agua durante varios largos minutos. Respirando de forma entrecortada, miró a su alrededor. No había ni rastro de la plataforma, ni del agua del lago, ni de la lluvia, ni de los bosques, ni de la ciudad de Amegakure. Estaba en una llanura de hierba oscura y parcialmente encharcada. Le resultaba familiar, terriblemente familiar, y un mal sentimiento se apoderó de su cuerpo cuando atisbó el perfil de Uzushiogakure dibujado en el horizonte. Y entonces escuchó una voz a su espalda. Una voz conocida. Una voz que no debía estar allí y que aceleró su corazón al escucharla.

—¿Ayame-san? ¿Qué... haces aquí?

«No... no tú...»

Ayame se dio la vuelta con lentitud, rogando a todos los dioses habidos y por haber que no estuviera allí. Pero la inconfundible figura de Uzumaki Eri la contemplaba con sus grandes ojos cristalinos. Ayame retrocedió un par de pasos.

«No. Tú no.» Negó con la cabeza, temblorosa. «No es real, recuerda. Es un Genjutsu. No es real. No es real. No es real. No es...»

Uzumaki Eri, la única amiga de verdad que había hecho en Uzushiogakure. Eri, con la que había cantado en aquel festival en Tanzaku Gai. Eri, con la que había compartido momentos con un batido y una pizza. Eri... La que había esposado a Amedama Daruu por orden de su superior, Uchiha Akame.

«¡No es real!»
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
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Mensajes en este tema
La fortaleza de Amegakure - por Aotsuki Ayame - 16/09/2018, 22:49
RE: La fortaleza de Amegakure - por Aotsuki Ayame - 22/09/2018, 17:46


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