24/09/2018, 20:07
Ajena a la conversación que mantenían Daruu y su hermano a sus espaldas en el interior de la hamburguesería, Ayame salió a la calle. La lluvia la recibió con un gélido abrazo, y la muchacha se estremeció ligeramente y levantó la barbilla para dejar que las gotas bañaran su rostro.
Sí. Había salido del lugar, ¿y para qué? ¿Qué iba a hacer por su cuenta allí fuera? Por un momento acarició la idea de volver al callejón donde habían encontrado el cuerpo sin vida del gato, o donde estaba el cubo de basura volcado, puede que incluso al restaurante de fideos...
«No. No voy a encontrar nada nuevo. Y no creo que sea buena idea ir yo sola...» Tuvo que admitir, a regañadientes.
Y chasqueó la lengua con fastidio. Se sentía frustrada. Terriblemente frustrada. Pero por muchas vueltas que le daba a lo que poco que sabían no servía de nada. Eran piezas inconexas. Y eso era lo peor. Porque una sombra instalada en su interior roía sus entrañas y la culpaba de no encontrar una solución, de no ser de utilidad en la misión. Ayame cerró los ojos y apretó los puños, temblando de rabia e intentando contener las lágrimas. Sería mejor que no volviera al interior, esperaría a que salieran ellos.
Sí. Había salido del lugar, ¿y para qué? ¿Qué iba a hacer por su cuenta allí fuera? Por un momento acarició la idea de volver al callejón donde habían encontrado el cuerpo sin vida del gato, o donde estaba el cubo de basura volcado, puede que incluso al restaurante de fideos...
«No. No voy a encontrar nada nuevo. Y no creo que sea buena idea ir yo sola...» Tuvo que admitir, a regañadientes.
Y chasqueó la lengua con fastidio. Se sentía frustrada. Terriblemente frustrada. Pero por muchas vueltas que le daba a lo que poco que sabían no servía de nada. Eran piezas inconexas. Y eso era lo peor. Porque una sombra instalada en su interior roía sus entrañas y la culpaba de no encontrar una solución, de no ser de utilidad en la misión. Ayame cerró los ojos y apretó los puños, temblando de rabia e intentando contener las lágrimas. Sería mejor que no volviera al interior, esperaría a que salieran ellos.