21/09/2015, 21:48
El antagonista del albino intentó razonar que agredir a la camarera no sería buena idea, que con ello solo ganaría la ira de muchos. Tenía razón en parte, pero... ¿quién había dicho que si lo hiciese alguien se enteraría? Para algo era un shinobi, las estratagemas y el sigilo eran parte de su adiestramiento. En ese mismo instante un flash le iluminó la materia gris. Era cierto que podía actuar con sigilo, como un shinobi, pero Juro no podía saber que él era genin. Su bandana ya no decoraba su vestuario.
Juro intentó incluso desviar la atención del peliblanco sobre la camarera anteponiendo una tonta excusa, que quizás se había olvidado en lápiz. Sonaba tan ridículo que casi parecía mofarse de él. Sin embargo, el Senju no escatimó en sonreír.
—Claro... será eso...—
Tras ello, el chico propuso ir él mismo en persona hasta la barra, buscando que le atendiesen a él por ambos. La verdad, la idea no era mala, tal y como decía si le atendían en la barra, tendrían que llevar a la mesa la comida. No le quedaría otra a la camarera, no podría dejar la comida en la cocina... ¿O sí?
El chico buscó de nuevo con la mirada a la tendera, y sin posar demasiado su mirada en ésta, volvió a enfocar con sus orbes al chico de Uzu.
—Está bien.— Confirmó el albino. —Por mi parte puedes pedir un par de platos de cualquier tipo de carne, y quizás un bol de ramen... la verdad es que tengo apetito.—
Con un poco de suerte, y el factor obligación de parte de ambos, Juro se acercaría a la barra para pedir el encargo del Senju y el suyo propio. Tan solo quedaba esperar.
Juro intentó incluso desviar la atención del peliblanco sobre la camarera anteponiendo una tonta excusa, que quizás se había olvidado en lápiz. Sonaba tan ridículo que casi parecía mofarse de él. Sin embargo, el Senju no escatimó en sonreír.
—Claro... será eso...—
Tras ello, el chico propuso ir él mismo en persona hasta la barra, buscando que le atendiesen a él por ambos. La verdad, la idea no era mala, tal y como decía si le atendían en la barra, tendrían que llevar a la mesa la comida. No le quedaría otra a la camarera, no podría dejar la comida en la cocina... ¿O sí?
El chico buscó de nuevo con la mirada a la tendera, y sin posar demasiado su mirada en ésta, volvió a enfocar con sus orbes al chico de Uzu.
—Está bien.— Confirmó el albino. —Por mi parte puedes pedir un par de platos de cualquier tipo de carne, y quizás un bol de ramen... la verdad es que tengo apetito.—
Con un poco de suerte, y el factor obligación de parte de ambos, Juro se acercaría a la barra para pedir el encargo del Senju y el suyo propio. Tan solo quedaba esperar.