3/10/2018, 02:21
El carruaje se detuvo lentamente al lado de lo que parecía ser un cartel, abandonado en medio de la niebla.
—Entonces me quedare en este lugar —anunció, mientras decendia tranquilamente para acercarse a donde estaba el conductor—. Gracias por recogerme y traerme hasta aquí, buen hombre… Por cierto, ¿Cuál su nombre?
El conductor le miro entretenido y dejo escapar una risa un tanto jocosa, para luego restablecerse y contestarle:
—En esta región se me conoce como Kirigyoshamaru, así es como todos me llaman —aseguro, con una leve reverencia—. Si me permiten darles un consejo, descansen en este pueblo hasta que la niebla se disperse… Es peligroso andar a ciegas por ahí; no sabes dónde podrías terminar.
Y con aquella frase, el hombre espoleo a su mula y continuo su camino. Kazuma se le quedo viendo, observando como la luz rosada se hacía cada vez más tenue hasta ser completamente engullida por la blancura. Se quedó en la misma posición hasta que dejo de escuchar el rechinar y el traquetear de las ruedas. Para cuando quiso reparar en donde se encontraba, se dio cuenta de que una muchacha yacía cerca de él.
—Saludos... Mi nombre es Hanamura Kazuma —reveló, manteniendo su distancia en aquel camino brumoso—. Y el tuyo, ¿Cuál es?
—Entonces me quedare en este lugar —anunció, mientras decendia tranquilamente para acercarse a donde estaba el conductor—. Gracias por recogerme y traerme hasta aquí, buen hombre… Por cierto, ¿Cuál su nombre?
El conductor le miro entretenido y dejo escapar una risa un tanto jocosa, para luego restablecerse y contestarle:
—En esta región se me conoce como Kirigyoshamaru, así es como todos me llaman —aseguro, con una leve reverencia—. Si me permiten darles un consejo, descansen en este pueblo hasta que la niebla se disperse… Es peligroso andar a ciegas por ahí; no sabes dónde podrías terminar.
Y con aquella frase, el hombre espoleo a su mula y continuo su camino. Kazuma se le quedo viendo, observando como la luz rosada se hacía cada vez más tenue hasta ser completamente engullida por la blancura. Se quedó en la misma posición hasta que dejo de escuchar el rechinar y el traquetear de las ruedas. Para cuando quiso reparar en donde se encontraba, se dio cuenta de que una muchacha yacía cerca de él.
—Saludos... Mi nombre es Hanamura Kazuma —reveló, manteniendo su distancia en aquel camino brumoso—. Y el tuyo, ¿Cuál es?
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)