5/10/2018, 01:30
Continuando con su viaje de entrenamiento totalmente productivo, nuestro querido Yotsuki llegó a su siguiente parada: El País de la Tierra. "Aunque pensándolo bien debí haber venido aquí primero antes de irme al País del Fuego, lo único que logré fue dar una vuelta totalmente innecesaria. Por lo menos no será una pérdida de tiempo, siendo que se ve que por aquí muchos tienen el ánimo de practicar." Sonrió confiado mientras se acercaba a la afamada Torre de Meditación que servía cómo punto de encuentro para todo aquel que quisiese ponerse a prueba.
El sitio lucía nuevo, cómo si al tiempo se le hubiese olvidado pasarse por el lugar. Además, había poco o nulo rastro de daños o efectos colaterales. "Con que técnicas de sellado... Aún no entiendo cómo demonios es que se puede lograr algo así, me gustaría aprender pero definitivamente no es mi campo." Río con una expresión de resignación mientras alzaba la vista.
"Supongo que lo mío es pegarle a las cosas." Se dijo divertido dando un par de saltitos para calentar las piernas. "Veamos. ¿Qué tan rápido podré llegar a la cima sin utensilios ni chakra?" Reflexionó.
Así, el de ojos dorados emprendió carrera hacia la torre, dando saltos entre los maderos lo más rápido que podía con tal de llegar a la cima a su vez que en su cabeza se ponía a contar los segundos.
El sitio lucía nuevo, cómo si al tiempo se le hubiese olvidado pasarse por el lugar. Además, había poco o nulo rastro de daños o efectos colaterales. "Con que técnicas de sellado... Aún no entiendo cómo demonios es que se puede lograr algo así, me gustaría aprender pero definitivamente no es mi campo." Río con una expresión de resignación mientras alzaba la vista.
"Supongo que lo mío es pegarle a las cosas." Se dijo divertido dando un par de saltitos para calentar las piernas. "Veamos. ¿Qué tan rápido podré llegar a la cima sin utensilios ni chakra?" Reflexionó.
Así, el de ojos dorados emprendió carrera hacia la torre, dando saltos entre los maderos lo más rápido que podía con tal de llegar a la cima a su vez que en su cabeza se ponía a contar los segundos.