5/10/2018, 03:20
—¡¿Pero qué?...?!— Se distrajo por un momento al escuchar tan efusivo saludo con tan alto tono. De hecho, al tratar de voltear a ver terminó por dar un mal paso que le hizo perder el equilibrio. —¡Whoa!— Aleteó los brazos cómo si fuera un pájaro en un vano intento de frenar su caída, sin éxito alguno.
Para su suerte, no fue tan aparatosa, siendo de apenas un par de metros pero no por ello debía ser menos vergonzosa. "¡De pie antes de que arruines tu reputación!" se dijo a sí mismo mientras pegaba un único brinco para pararse de nuevo. "Listo, honor salvaguardado. Ahora a ver quién rayos tiene tantos pulmones." Y de inmediato empezó a saltar, aunque esta vez con las intenciones de descender y encarar al recién llegado.
Ya estando algo abajo se percató de que era otro niño el que se encontraba en el lugar. Destacaría algo, pero es que aquel muchacho era un estereotipo de normalidad qué simplemente no hacían falta más adjetivos para describirlo. Era un némesis total de lo que representaba la apariencia de Rōga, además que desde su posición no se alcanzaba a notar ningún otro detalle especial.
Fue entonces que dio un último salto para caer justo por delante del chico de ojos negros y cabellos grisáceos.
—Hombre, vas a matar a alguien de un susto. ¡Ni mi mamá me grita tan fuerte cuando quiere que vaya a comprar pan!— Bromeó sonriente mientras se cruzaba de brazos, dejando que la luz del sol reflejara un destello en su dentadura.
Para su suerte, no fue tan aparatosa, siendo de apenas un par de metros pero no por ello debía ser menos vergonzosa. "¡De pie antes de que arruines tu reputación!" se dijo a sí mismo mientras pegaba un único brinco para pararse de nuevo. "Listo, honor salvaguardado. Ahora a ver quién rayos tiene tantos pulmones." Y de inmediato empezó a saltar, aunque esta vez con las intenciones de descender y encarar al recién llegado.
Ya estando algo abajo se percató de que era otro niño el que se encontraba en el lugar. Destacaría algo, pero es que aquel muchacho era un estereotipo de normalidad qué simplemente no hacían falta más adjetivos para describirlo. Era un némesis total de lo que representaba la apariencia de Rōga, además que desde su posición no se alcanzaba a notar ningún otro detalle especial.
Fue entonces que dio un último salto para caer justo por delante del chico de ojos negros y cabellos grisáceos.
—Hombre, vas a matar a alguien de un susto. ¡Ni mi mamá me grita tan fuerte cuando quiere que vaya a comprar pan!— Bromeó sonriente mientras se cruzaba de brazos, dejando que la luz del sol reflejara un destello en su dentadura.