7/10/2018, 23:42
Daruu se encogió de hombros y asintió con la cabeza. Mientras veía a Ayame alejarse hacia su habitación, el muchacho hizo caso a su sugerencia y giró hacia el comedor. Allí, tomo asiento en un largo sofá de color azul marino que la familia Aotsuki disponía enfrente de una televisión. Suspiró y observó el mobiliario de la casa de su pareja con interés. Hasta que encontró algo que captó su atención. Soltó una risilla y alargó la mano hacia...
Cuando Ayame salió de la ducha y se arregló, escuchó a Daruu riéndose por lo bajo desde la puerta. Cuando ella entró al comedor, Daruu sostenía el marco de una foto. Le dio la vuelta y se la mostró. Allí estaban ella y su hermano, ambos mucho más pequeños que ahora. La muchacha sonreía jovialmente y el Hielo hacía del Hielo, probablemente intentando sonreír pero no consiguiéndolo. Daruu señaló a la Ayame pequeña.
—¡Qué mona que estás aquí!
Cuando Ayame salió de la ducha y se arregló, escuchó a Daruu riéndose por lo bajo desde la puerta. Cuando ella entró al comedor, Daruu sostenía el marco de una foto. Le dio la vuelta y se la mostró. Allí estaban ella y su hermano, ambos mucho más pequeños que ahora. La muchacha sonreía jovialmente y el Hielo hacía del Hielo, probablemente intentando sonreír pero no consiguiéndolo. Daruu señaló a la Ayame pequeña.
—¡Qué mona que estás aquí!