9/10/2018, 20:26
Si en algún momento desde que Nesobo le había sugerido aquél intercambio de favores había considerado que la tarea era tan sencilla como aquella vieja aseguraba —no—, desde luego ahora ya quedaba claro que no. Desde su posición elevada, Daruu veía el millar de cabezas y paraguas chocando los unos con los otros, deteniéndose apenas para ver ese reloj que dice ser de plata pero que en verdad parece sospechoso de ser de materiales mucho más baratos, o para tomar un pincho en una taberna a pie de calle. Encontrar a un pequeño gatito entre toda esa marabunta sería difícil si no imposible.
Según Nesobo, Yuki solía frecuentar la pescadería de un tal Sakana. El Distrito Comercial era grande y muy concurrido, pero era la única pista de la que Daruu disponía. Suspiró y comenzó su periplo, de nuevo entre los tejadillos, con mucho cuidado, buscando con la mirada algún puesto con peces.
Según Nesobo, Yuki solía frecuentar la pescadería de un tal Sakana. El Distrito Comercial era grande y muy concurrido, pero era la única pista de la que Daruu disponía. Suspiró y comenzó su periplo, de nuevo entre los tejadillos, con mucho cuidado, buscando con la mirada algún puesto con peces.