11/10/2018, 00:38
El momento del espectáculo había terminado, pero al menos había logrado qué el otro niño se mostrase un poco más vivo y atento. "Claro, ¡mi sóla presencia es la luz qué borra las sombras de la apatía en el camino de los demás!" Fanfarroneaba sin sentido alguno. Rápidamente el chico de cabellos grisáceos se dispuso a dar un sermón respecto al significado de la meditación, además de pasar a la acción, siendo él mismo quién daba el ejemplo de cómo realizarlo correctamente.
—¿Nervios?, ¿quién?, ¿yo?— Alzó la ceja el amejin. —¡Ja! Yo no me estreso amigo, yo vivo la vida sin preocupaciones— pronunció orgulloso, creyendo qué no necesitaba que nadie le dijese cómo debía buscar la relajación. "¿Por quién diablos me ha tomado?"
La meditación era algo muy ajeno a él, siendo que la mayor parte de su entrenamiento durante su época de estudiantes consistía en perfeccionar sus artes marciales y las aplicaciones del chakra para potenciar los mismos. Era bien sabido por sus profesores que el Yotsuki tuvo algunos problemas respecto a la consistencia de sus técnicas. Pese a que fue rápido en aprender y logró graduarse en un par de años, siempre estuvo a la par del promedio. Debido a esto, su abuelo se enfocó más en lo físico, enseñándole a pensar rápido y actuar igual de veloz que un relámpago. No hubo mucho espacio para la concentración durante su adiestramiento.
—No suenas muy entusiasmado— Dijo mientras saltaba en la misma dirección que Geki, sin estar muy seguro de porqué lo seguía. —¿Cuánto tiempo llevas exactamente siendo un ninja?— Lanzó la incógnita mientras hacía el esfuerzo por imitar la postura del Senju. —No es que yo sepa mucho, me gradué el mes pasado— Admitió.
—¿Nervios?, ¿quién?, ¿yo?— Alzó la ceja el amejin. —¡Ja! Yo no me estreso amigo, yo vivo la vida sin preocupaciones— pronunció orgulloso, creyendo qué no necesitaba que nadie le dijese cómo debía buscar la relajación. "¿Por quién diablos me ha tomado?"
La meditación era algo muy ajeno a él, siendo que la mayor parte de su entrenamiento durante su época de estudiantes consistía en perfeccionar sus artes marciales y las aplicaciones del chakra para potenciar los mismos. Era bien sabido por sus profesores que el Yotsuki tuvo algunos problemas respecto a la consistencia de sus técnicas. Pese a que fue rápido en aprender y logró graduarse en un par de años, siempre estuvo a la par del promedio. Debido a esto, su abuelo se enfocó más en lo físico, enseñándole a pensar rápido y actuar igual de veloz que un relámpago. No hubo mucho espacio para la concentración durante su adiestramiento.
—No suenas muy entusiasmado— Dijo mientras saltaba en la misma dirección que Geki, sin estar muy seguro de porqué lo seguía. —¿Cuánto tiempo llevas exactamente siendo un ninja?— Lanzó la incógnita mientras hacía el esfuerzo por imitar la postura del Senju. —No es que yo sepa mucho, me gradué el mes pasado— Admitió.