16/10/2018, 00:45
La mirada del muchacho viró desde los ojos purpúreos del shinobi hacia sus manos, según este le indicó que estaba en una prueba de su sensei y, ante la negativa de poder probar aquellas gafas tan extrañas, no pudo sino esbozar un adorable mohín de decepción. Afortunadamente para él, no todo acababa ahí. Al Chūnin se le acababa de ocurrir una idea, que no era otra que el chiquillo le ayudara. Una radiante sonrisa iluminó sus ojos oceánicos. Una sonrisa...
Que se transformó en ladina al escuchar los detalles de su tarea.
—¡Oh, me encantaría, señor shinobi! Pero tengo que llevarle la comida a mi abuelita —admitió con pena, señalando a sus pies, donde reposaba una cesta rebosante de sardinas y otra clase de pescados.
Fue un visto y no visto.
Según Daruu bajaba la mirada, el chiquillo le arrebató de un manotazo el visor especial (dejándole un brillante arañazo en el dorso de la mano en el proceso), tomó su cesta y de un salto antinatural para un niño tan pequeño y que no debía haber recibido adiestramiento shinobi, se plantó encima de la farola más cercana con una gracia casi... felina.
—Además, no sabría cómo hacer eso de "capturarse a sí mismo", shinobi-nyan.
Y saltó hasta el tejado contrario, mientras abajo, en la calle, un hombre salía de la pescadería gritando a pleno pulmón:
—¡MALDITO, JODIDO GATO! ¡ME VOY A HACER UN ABRIGO CONTIGO COMO TE PILLE, DESGRACIADO!
Que se transformó en ladina al escuchar los detalles de su tarea.
—¡Oh, me encantaría, señor shinobi! Pero tengo que llevarle la comida a mi abuelita —admitió con pena, señalando a sus pies, donde reposaba una cesta rebosante de sardinas y otra clase de pescados.
Fue un visto y no visto.
Según Daruu bajaba la mirada, el chiquillo le arrebató de un manotazo el visor especial (dejándole un brillante arañazo en el dorso de la mano en el proceso), tomó su cesta y de un salto antinatural para un niño tan pequeño y que no debía haber recibido adiestramiento shinobi, se plantó encima de la farola más cercana con una gracia casi... felina.
—Además, no sabría cómo hacer eso de "capturarse a sí mismo", shinobi-nyan.
Y saltó hasta el tejado contrario, mientras abajo, en la calle, un hombre salía de la pescadería gritando a pleno pulmón:
—¡MALDITO, JODIDO GATO! ¡ME VOY A HACER UN ABRIGO CONTIGO COMO TE PILLE, DESGRACIADO!