23/09/2015, 17:14
(Última modificación: 23/09/2015, 17:18 por Hanamura Kazuma.)
El día era caluroso, quizás demasiado aun para ser verano, pese a eso había una brisa muy suave y confortante en aquel enorme parque. Más aun donde se encontraba sentado Kazuma. Ahí viendo las nubes pasar lentamente mientras el correr del viento mecía su melena. Estaba tan cómodo que no pudo evitar bajar su sombrero y echarse a dormir.
El sueño no le duraría mucho puesto que mientras se encontraba apaciblemente recostado, una voz le saco de su estado.
—Cielos, disculpe es que me he quedado dormido —dijo mientras se enderezaba, puesto que por la forma de hablar se imagino que sería una señora que necesitaba sentarse.
Al principio no pudo ver la cara de la persona que le había hablado, pues el cabello se había desparramado sobre su cara mientras descansaba. Aun así pudo notar las ropas que traía, era un traje típico de las señoras a las cuales les gusta vestir elegante.
Mientras se acomodaba el cabello se hizo a un lado para que pudiera tomar asiento.
Le tomo un momento, pero para cuando se había acomodado el sombrero se giro hacia la persona que estaba a su lado. Tremenda fue se sorpresa cuando pudo ver a una chica elegantemente vestida y que era poseedora de una cabellera color azul.
De algún modo le resultaba tremendamente familiar.
«Espera» —fue lo que pensó.
En aquel momento una fugaz imagen de un puño acercándose a su cara paso su mente. Claro resultaba ser aquella chica que lo había golpeado en el estadio de celebraciones. Rápidamente desvió la mirada y fingió no haberla visto al rostro, mientras inconscientemente se frotaba la mejilla donde le habían golpeado.
El sueño no le duraría mucho puesto que mientras se encontraba apaciblemente recostado, una voz le saco de su estado.
—Cielos, disculpe es que me he quedado dormido —dijo mientras se enderezaba, puesto que por la forma de hablar se imagino que sería una señora que necesitaba sentarse.
Al principio no pudo ver la cara de la persona que le había hablado, pues el cabello se había desparramado sobre su cara mientras descansaba. Aun así pudo notar las ropas que traía, era un traje típico de las señoras a las cuales les gusta vestir elegante.
Mientras se acomodaba el cabello se hizo a un lado para que pudiera tomar asiento.
Le tomo un momento, pero para cuando se había acomodado el sombrero se giro hacia la persona que estaba a su lado. Tremenda fue se sorpresa cuando pudo ver a una chica elegantemente vestida y que era poseedora de una cabellera color azul.
De algún modo le resultaba tremendamente familiar.
«Espera» —fue lo que pensó.
En aquel momento una fugaz imagen de un puño acercándose a su cara paso su mente. Claro resultaba ser aquella chica que lo había golpeado en el estadio de celebraciones. Rápidamente desvió la mirada y fingió no haberla visto al rostro, mientras inconscientemente se frotaba la mejilla donde le habían golpeado.