20/10/2018, 19:34
Así que él se sentía más cómodo de esa manera. Era bastante extraño entrar a un lago y quitarse los pantalones pero no la camisa. En serio, el idiota se iba a resfriar, pero bueno, era su problema. Quizás y él si quería algo de calor corporal. Si llegaban a tener "ese" tipo de contacto -refiriéndonos al calor corporal, no al sexo-, lo complacería y cuando él estuviera durmiendo, le robaría ese extraño objeto que trajo en su espaldas y lo vendería. Podría sacar una buena suma de dinero para sobrevivir por el lado. Aunque ella ya estaba un poco ajena al estilo de vida que tuvo en las Tierras Nevadas. Desde que entró a Amegakure pudo estabilizar un poco su vida gracias a la ayuda que le ofrecieron, pero Akasha todavía estaba un poco mala mañosa -refiriéndonos a robarle y/o tomarle el pelo a quienes no conocía y que parecían ser personas malas.-
Suspiró internamente y calmó sus pensamientos. Su Gobierno estúpido ya tenía algo de tensión con los idiotas de Uzu, ¿para qué buscar conflictos con un idiota de Kusa? "Le hubiera sacado una gran suma de dinero a ese objeto..." - Pensó con resignación mirando de reojo al abanico, pero volviéndo su atención a él. Fue cuando entraron en la plática sobre las presentaciones y demás.
Notó que puso su atención en ella cuando le llamó pervertido. Quizás se sintió ofendido, o quizás lo era. Y... Su respuesta... "¿En serio un pervertido lo estaría diciéndo a viva voz...? No. Si quisiera abusar de mi ya lo hubiera hecho."
El muchacho tenía que tener los c*j*nes bien puestos. A él le parecía peligroso el lugar y aun así no se preocupaba demasiado, y a la misma vez se metía a bañar con una extraña, algo desarmado. Es como si estuviera jugando con el peligro, o restándole importancia. Akasha suspiró al escuchar su respuesta, pero decidió empezar a caminar hacia él, a paso lento para que no fuera a asustarse. Quería hacerlo sentir en confianza. No quitaba su mirada de los ojos contrarios, y tampoco dejaba de sonreír. La luz de la luna acariciaba el hermoso cuerpo de la mujer.
Llegó frente a él, invadiendo un poco su espacio personal. -Ahora soy yo quien tiene algo de frío. - Acercó sus labios a los del pelinegro. -¿Quieres abrigarme? - Quería ver su reacción. ¿Algún indicio de sonrojo? ¿Alguna vergüenza? ¿Timidez? ¿Nervios? ¿Solo le seguiría la corriente a ver que pasaba...? ¿Quién era la persona que tenía frente a ella? Solo se podía conocer realmente a una persona si la llevabas al límite de una necesidad biológica, o al límite de estar entre la vida y la muerte. ¿Y él era...?
"Hablando en serio. ¿Qué se sentirá...?"
Un chorro de agua saldría a presión del lago y le caería justo en plena cara a Aoshin. Un momento de intimidad con una extraña había sido interrumpido por aquel gesto. Si él se había calentado, si se había puesto nervioso, si no había sentido nada, poco importaba comparado con lo que le había pasado ahora, y es que la Nara había apretado el puño a nivel del agua para poder tirárle con el chorro de agua en la cara, en un gesto infantil, pero divertido. Su niña interna había salido.
-Hehe... ¡Hahahahaahahahahaha! - Y empezó a reír mientras le señalaba. -¡Tu cara...! ¡Tu cara...! ¡Hahahahahahahaha! - Y ahora estaba chapoteando con la mano derecha sobre el agua, sin poder aguantar la risa. -¡Tienes que haberte visto! ¡Tienes cara de palo, hahahahahahaha! - Y llevó sus manos sobre sus ojos para limpiar las lágrimas que salían de estos a causa de la risa. Le estaba empezando a doler el estómago de tanto reír. -¡Venga, oh, gran ninja! - Lo decía por la bandana en su cuello. Vamos, no había que ser un genio para saber que era un ninja. -¡Quita esa cara de palo, y diviértete! - Lo tacleó por el pecho para caer al agua junto a él.
Suspiró internamente y calmó sus pensamientos. Su Gobierno estúpido ya tenía algo de tensión con los idiotas de Uzu, ¿para qué buscar conflictos con un idiota de Kusa? "Le hubiera sacado una gran suma de dinero a ese objeto..." - Pensó con resignación mirando de reojo al abanico, pero volviéndo su atención a él. Fue cuando entraron en la plática sobre las presentaciones y demás.
Notó que puso su atención en ella cuando le llamó pervertido. Quizás se sintió ofendido, o quizás lo era. Y... Su respuesta... "¿En serio un pervertido lo estaría diciéndo a viva voz...? No. Si quisiera abusar de mi ya lo hubiera hecho."
El muchacho tenía que tener los c*j*nes bien puestos. A él le parecía peligroso el lugar y aun así no se preocupaba demasiado, y a la misma vez se metía a bañar con una extraña, algo desarmado. Es como si estuviera jugando con el peligro, o restándole importancia. Akasha suspiró al escuchar su respuesta, pero decidió empezar a caminar hacia él, a paso lento para que no fuera a asustarse. Quería hacerlo sentir en confianza. No quitaba su mirada de los ojos contrarios, y tampoco dejaba de sonreír. La luz de la luna acariciaba el hermoso cuerpo de la mujer.
Llegó frente a él, invadiendo un poco su espacio personal. -Ahora soy yo quien tiene algo de frío. - Acercó sus labios a los del pelinegro. -¿Quieres abrigarme? - Quería ver su reacción. ¿Algún indicio de sonrojo? ¿Alguna vergüenza? ¿Timidez? ¿Nervios? ¿Solo le seguiría la corriente a ver que pasaba...? ¿Quién era la persona que tenía frente a ella? Solo se podía conocer realmente a una persona si la llevabas al límite de una necesidad biológica, o al límite de estar entre la vida y la muerte. ¿Y él era...?
"Hablando en serio. ¿Qué se sentirá...?"
Un chorro de agua saldría a presión del lago y le caería justo en plena cara a Aoshin. Un momento de intimidad con una extraña había sido interrumpido por aquel gesto. Si él se había calentado, si se había puesto nervioso, si no había sentido nada, poco importaba comparado con lo que le había pasado ahora, y es que la Nara había apretado el puño a nivel del agua para poder tirárle con el chorro de agua en la cara, en un gesto infantil, pero divertido. Su niña interna había salido.
-Hehe... ¡Hahahahaahahahahaha! - Y empezó a reír mientras le señalaba. -¡Tu cara...! ¡Tu cara...! ¡Hahahahahahahaha! - Y ahora estaba chapoteando con la mano derecha sobre el agua, sin poder aguantar la risa. -¡Tienes que haberte visto! ¡Tienes cara de palo, hahahahahahaha! - Y llevó sus manos sobre sus ojos para limpiar las lágrimas que salían de estos a causa de la risa. Le estaba empezando a doler el estómago de tanto reír. -¡Venga, oh, gran ninja! - Lo decía por la bandana en su cuello. Vamos, no había que ser un genio para saber que era un ninja. -¡Quita esa cara de palo, y diviértete! - Lo tacleó por el pecho para caer al agua junto a él.