20/10/2018, 22:50
Pese a que el tono y las palabras de Zetsuo eran sin duda más mordaces que nunca, Daruu estaba demasiado satisfecho con el devenir del destino como para tomárselas en serio. Por fin, después de mucho tiempo, algo salía bien. Él, al contrario que Ayame, se había olvidado por completo que sus ojos fueron robados por una kunoichi exiliada. O más bien, dichos recuerdos permanecían dormidos, ya que no requerían ninguna atención. Todo estaba bien. Ellos estaban bien. Allí, riendo, disfrutando de la comida de la cafetería de su madre. Disfrutando... de la cafetería de su madre.
Aspiró y se dejó embriagar por el olor de los dulces. Rio cuando se dio cuenta de que Ayame, nuevamente, se había manchado la nariz de nata con el batido.
—Ayame, la nariz, por favor...
»Kori-sensei, hace un tiempo que no nos llamas para tomar partido en alguna misión. ¿Estamos de capa caída o qué?
»Por cierto, Ayame, ya esta bien, ¿no? ¡A ver si te presentas ya al examen de chuunin!
Aspiró y se dejó embriagar por el olor de los dulces. Rio cuando se dio cuenta de que Ayame, nuevamente, se había manchado la nariz de nata con el batido.
—Ayame, la nariz, por favor...
»Kori-sensei, hace un tiempo que no nos llamas para tomar partido en alguna misión. ¿Estamos de capa caída o qué?
»Por cierto, Ayame, ya esta bien, ¿no? ¡A ver si te presentas ya al examen de chuunin!