24/10/2018, 02:51
El viejo Shida sonrió, dejando entrever sus dientes desgastados y maltrechos. ¿Que cómo iba él a ser su memoria? ¡Pues aprendiendo las vicisitudes del juego, por supuesto! aquellas que bien podría olvidar durante algún desliz. Era normal. Su mente a veces se la jugaba. Y durante el último año, de forma más seguida.
—Yo me encargaré de prepararte. Tenemos unas diez horas para estudiar a fondo los detalles más importantes a tener en cuenta para la velada —alegó. Iba a ser diícil, pero en el mundo de Kitama Shida, nada era imposible—. tendremos muchos oponentes en éste juego, Riko. Demasiados, en realidad. No sólo acudiremos los oriundos de Uzushiogakure, sino también otros invitados insignes provenientes de otros rincones de la Espiral. Y todos con un sólo objetivo: hacerse con el El Grimorio de Yama-uba.
»No hace falta acotar que ese también es mi ... perdón, nuestro objetivo.
—Yo me encargaré de prepararte. Tenemos unas diez horas para estudiar a fondo los detalles más importantes a tener en cuenta para la velada —alegó. Iba a ser diícil, pero en el mundo de Kitama Shida, nada era imposible—. tendremos muchos oponentes en éste juego, Riko. Demasiados, en realidad. No sólo acudiremos los oriundos de Uzushiogakure, sino también otros invitados insignes provenientes de otros rincones de la Espiral. Y todos con un sólo objetivo: hacerse con el El Grimorio de Yama-uba.
»No hace falta acotar que ese también es mi ... perdón, nuestro objetivo.