24/10/2018, 22:53
(Última modificación: 24/10/2018, 23:01 por King Roga. Editado 2 veces en total.)
El Yotsuki fulminó con la mirada al Senju cuando este alzó la mano para intentar acallarlo. "¿Por quién me está tomando este niñato para tratarme así?" Era irritante para él ver cómo aquel chiquillo trataba de calmar la situación cómo si su palabra fuese la voz de la razón absoluta, aunque al final de cuentas no lograba su cometido. Fue entonces que cometió la osadía de ordenarle que se largaran de ahí. No fue una sugerencia ni una pregunta, se lo estaba exigiendo. "¿Acaso quiere irse porque su jutsu está perdiendo efectividad? Es que será gallina..." Estaba totalmente convencido de que si ambos cooperaban lograrían derrotar a los tres sujetos pese a la diferencia de números, pero al darse cuenta de que Geki no tenía intención de batallar apretó los dientes con desaprobación. "No puedo contar con su ayuda." No era ningún loco él tampoco para irse de boca en desventaja.
—Qué maldita suerte tienen...— Bramó mientras se daba la vuelta, viendo de reojo a los hombres armados. Iba a quedarse con las ganas de darle una paliza a esos infelices. —Andando— Imperó con fuerte voz al otro ninja mientras se echaba a saltar hacia los árboles.
—¡NO HUYAN COBARDES!— Gritó furioso el líder.
Al tiempo que los genins emprendieran la marcha, la sustancia pegajosa acabaría de perder su consistencia, dejando libres las extremidades inferiores de los cazadores.
—¡Jaro haz lo tuyo!— Ordenó al segundo de sus secuaces.
—No voy a dejar que interfieran nuevamente— Amenazó con siseante voz.
El primero de los cazadores rápidamente cargó una saeta en su arma y la disparó con toda la intención de frenar la huida del de cabellos azulados. "Estos hijos de perra son un incordio." Tuvo que frenarse un instante mientras se paraba en una rama, dando dos pasos hacia la izquierda mientras el proyectil se incrustaba en la madera, a escasos centímetros de dónde hace apenas unos instantes estaba su pie. "Sabía que no podía ser tan simple." Se giró para verificar la situación, siendo que el hombre ya estaba recargando nuevamente el arma para lanzar un segundo disparo, esta vez dirigido a Geki.
Por su lado, aquel que se había mantenido serio giró la correa de sujetaba su ballesta para echársela a la espalda, dejando libres sus manos para poder tomar el cuchillo que tenía guardado, cargando a gran velocidad contra el genin de Kusagakure, tratando de rodear el árbol donde este se encontraba.
Mientras eso ocurría, aquel qué debía coordinarlos se agachó para recoger su arma, pero el dolor que le habían dejando las agujas le impidió poder empuñarla de nuevo, dejándola caer de nuevo al suelo mientras emitía un quejido.
—Qué maldita suerte tienen...— Bramó mientras se daba la vuelta, viendo de reojo a los hombres armados. Iba a quedarse con las ganas de darle una paliza a esos infelices. —Andando— Imperó con fuerte voz al otro ninja mientras se echaba a saltar hacia los árboles.
—¡NO HUYAN COBARDES!— Gritó furioso el líder.
Al tiempo que los genins emprendieran la marcha, la sustancia pegajosa acabaría de perder su consistencia, dejando libres las extremidades inferiores de los cazadores.
—¡Jaro haz lo tuyo!— Ordenó al segundo de sus secuaces.
—No voy a dejar que interfieran nuevamente— Amenazó con siseante voz.
El primero de los cazadores rápidamente cargó una saeta en su arma y la disparó con toda la intención de frenar la huida del de cabellos azulados. "Estos hijos de perra son un incordio." Tuvo que frenarse un instante mientras se paraba en una rama, dando dos pasos hacia la izquierda mientras el proyectil se incrustaba en la madera, a escasos centímetros de dónde hace apenas unos instantes estaba su pie. "Sabía que no podía ser tan simple." Se giró para verificar la situación, siendo que el hombre ya estaba recargando nuevamente el arma para lanzar un segundo disparo, esta vez dirigido a Geki.
Por su lado, aquel que se había mantenido serio giró la correa de sujetaba su ballesta para echársela a la espalda, dejando libres sus manos para poder tomar el cuchillo que tenía guardado, cargando a gran velocidad contra el genin de Kusagakure, tratando de rodear el árbol donde este se encontraba.
Mientras eso ocurría, aquel qué debía coordinarlos se agachó para recoger su arma, pero el dolor que le habían dejando las agujas le impidió poder empuñarla de nuevo, dejándola caer de nuevo al suelo mientras emitía un quejido.