25/10/2018, 02:27
«¡Hostia puta!»
Datsue había luchado en infinidad de escenarios, con contrincantes de lo más imprevisibles y variopintos. Se había enfrentado a Hōzukis que se disolvían en agua al menor contacto físico, inutilizando cualquier golpe. Se había enfrentado a Hyūgas que veían a través de los objetos y a una distancia absurda. A su Uzukage. A un jinchūriki descontrolado. A su propio Hermano.
Pero ni todas aquellas experiencias podrían haberle preparado para ver venir aquello.
Del cuerpo de Riko brotaron, literalmente, huesos puntiagudos que bien podían ser el filo de una kodachi. Su intento de puñetazo se vio envuelto por estas, que con un giro brusco de Riko, se vio rasgado por tan inesperadas armas óseas. Ahogó un gemido mientras saltaba hacia atrás, con distintos cortes en el brazo y la sangre goteando sobre el suelo. Se había confiado. Se había dejado llevar.
Y le había salido muy caro.
Otro salto hacia atrás para evitar la peonza asesina en la que se había convertido Riko, mientras su diestra se colaba en su portaobjetos y tiraba unos makibishi al suelo, entre los dos. Con tanta rotación por parte de su contrincante quizá no las viese venir.
—Joder, ¡ahora entiendo que no necesites armas! —exclamó. El día anterior, Datsue le había ofrecido armas a un buen precio en su tienda. Oferta rechazada por Riko, y que ahora comprendía el por qué. Apretó los dientes. «¡Por Shiona, como duele!»
Datsue había luchado en infinidad de escenarios, con contrincantes de lo más imprevisibles y variopintos. Se había enfrentado a Hōzukis que se disolvían en agua al menor contacto físico, inutilizando cualquier golpe. Se había enfrentado a Hyūgas que veían a través de los objetos y a una distancia absurda. A su Uzukage. A un jinchūriki descontrolado. A su propio Hermano.
Pero ni todas aquellas experiencias podrían haberle preparado para ver venir aquello.
Del cuerpo de Riko brotaron, literalmente, huesos puntiagudos que bien podían ser el filo de una kodachi. Su intento de puñetazo se vio envuelto por estas, que con un giro brusco de Riko, se vio rasgado por tan inesperadas armas óseas. Ahogó un gemido mientras saltaba hacia atrás, con distintos cortes en el brazo y la sangre goteando sobre el suelo. Se había confiado. Se había dejado llevar.
Y le había salido muy caro.
Otro salto hacia atrás para evitar la peonza asesina en la que se había convertido Riko, mientras su diestra se colaba en su portaobjetos y tiraba unos makibishi al suelo, entre los dos. Con tanta rotación por parte de su contrincante quizá no las viese venir.
—Joder, ¡ahora entiendo que no necesites armas! —exclamó. El día anterior, Datsue le había ofrecido armas a un buen precio en su tienda. Oferta rechazada por Riko, y que ahora comprendía el por qué. Apretó los dientes. «¡Por Shiona, como duele!»
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado