29/10/2018, 23:58
(Última modificación: 29/10/2018, 23:59 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
—¿Modales?— Repitió socarrón —No estamos en tiempos para andarnos con esa clase de sutilezas, niña— Quiso mantener el temple estoico, aunque la verdad quería abrir la boca para rebatirle sus palabras.
"Claro, cómo no. Se hace la ofendida para que yo quede cómo el malo de la película. Hombre, no es la primera vez que intentan hacerme esto, está demente si cree que me va a engatusar de esa forma." Luego la chica se excusó, diciendo que no tenía planes de atacarle, pero seguía sin decirle la motivación por la cuál le dirigió la palabra en primera instancia. ¿Qué asuntos podrían tener ellos dos? Estaba por averiguarlo.
Sin embargo, la muchacha continuaba relajada y calmada, aún ante la hostilidad mostrada por el muchacho de los cabellos coloridos. Fue entonces que llegó el momento raro, cuando le invitó de sus chucherías al joven sin ningún tipo de recelo alguno, pero que le tocó el orgullo al escuchar cómo criticaban su peso. "ME HA LLAMADO FLACUCHO MUERTO DE HAMBRE, ¿CÓMO SE ATREVE?" La Akimichi no lo dijo de esa forma, pero él se lo tomó así. No había otra cosa que valorase más que su propio aspecto físico.
—Estoy así porqué no vas a encontrar un solo gramo de grasa aquí, esto es puro músculo— Alzó su brazo derecho, presumiendo su condición que pese a no estar perfectamente marcada, al menos demostraba el entrenamiento realizado.
Aún con todo eso, la niña tomó una bolsa de frituras y se la puso enfrente de sus narices, aún con una sonrisa y un guiño de complicidad, ante lo cuál no pudo evitar ladear la cara durante unos instantes. "Que haces maldito imbécil... No deberías estar entablando amistad con ninjas de una aldea que podría volverse tu enemiga a futuro, pero... ella está siendo amigable conmigo, sin juzgarme pese a llevar la bandana de Amegakure en el cuello." Era algo lógico el evitar relacionarse de más dada la situación de tensión internacional que se vivía, ¿pero era lo correcto? "¿Acaso en otra época actuaría diferente? ¿Por qué debo discriminar ahora?" Cerró los ojos y soltó un largo suspiro.
No quería portarse así, no era propio de él.
—Esta bien— Inmediatamente relajó la postura, serenando su rostro también mientras tomaba la bolsita de papitas con algo de duda. —Gracias— Tenía la cabeza gacha, pues estaba avergonzado por comportase de una forma tan insolente.
Abrió con parsimonia la bolsa, tomando tímidamente una papalina y llevándosela a la boca, sólo abrir bien los ojos al darse cuenta del buen sabor que tenían.
—Joder, no había probado antes unas cómo estas.
"Claro, cómo no. Se hace la ofendida para que yo quede cómo el malo de la película. Hombre, no es la primera vez que intentan hacerme esto, está demente si cree que me va a engatusar de esa forma." Luego la chica se excusó, diciendo que no tenía planes de atacarle, pero seguía sin decirle la motivación por la cuál le dirigió la palabra en primera instancia. ¿Qué asuntos podrían tener ellos dos? Estaba por averiguarlo.
Sin embargo, la muchacha continuaba relajada y calmada, aún ante la hostilidad mostrada por el muchacho de los cabellos coloridos. Fue entonces que llegó el momento raro, cuando le invitó de sus chucherías al joven sin ningún tipo de recelo alguno, pero que le tocó el orgullo al escuchar cómo criticaban su peso. "ME HA LLAMADO FLACUCHO MUERTO DE HAMBRE, ¿CÓMO SE ATREVE?" La Akimichi no lo dijo de esa forma, pero él se lo tomó así. No había otra cosa que valorase más que su propio aspecto físico.
—Estoy así porqué no vas a encontrar un solo gramo de grasa aquí, esto es puro músculo— Alzó su brazo derecho, presumiendo su condición que pese a no estar perfectamente marcada, al menos demostraba el entrenamiento realizado.
Aún con todo eso, la niña tomó una bolsa de frituras y se la puso enfrente de sus narices, aún con una sonrisa y un guiño de complicidad, ante lo cuál no pudo evitar ladear la cara durante unos instantes. "Que haces maldito imbécil... No deberías estar entablando amistad con ninjas de una aldea que podría volverse tu enemiga a futuro, pero... ella está siendo amigable conmigo, sin juzgarme pese a llevar la bandana de Amegakure en el cuello." Era algo lógico el evitar relacionarse de más dada la situación de tensión internacional que se vivía, ¿pero era lo correcto? "¿Acaso en otra época actuaría diferente? ¿Por qué debo discriminar ahora?" Cerró los ojos y soltó un largo suspiro.
No quería portarse así, no era propio de él.
—Esta bien— Inmediatamente relajó la postura, serenando su rostro también mientras tomaba la bolsita de papitas con algo de duda. —Gracias— Tenía la cabeza gacha, pues estaba avergonzado por comportase de una forma tan insolente.
Abrió con parsimonia la bolsa, tomando tímidamente una papalina y llevándosela a la boca, sólo abrir bien los ojos al darse cuenta del buen sabor que tenían.
—Joder, no había probado antes unas cómo estas.