30/10/2018, 21:10
Daruu se ajustó la bota del traje con dificultad, que casi más parecía una zarpa, y se miró al espejo. «Ridículo», pensó. «Estoy haciendo el ridículo. Debí buscar otro traje diferente». El espejo le devolvió una imagen distorsionada de sí mismo, vestido con una túnica tan negra como la noche sin luna y unos guantes y unas botas con forma de patas de gato. Dos orejas puntiagudas adornaban lo alto de su cabeza, y llevaba maquillaje para los bigotes y para la punta de la nariz. Sus ojos, habitualmente púrpuras, vestían disfraces dorados, lentillas con la pupila rasgada. Las marcas de su mejilla habían sido pintadas de negro para la ocasión.
En compañía de su madre, Daruu había viajado a Yachi para hacer una limpieza general a la cabaña de vacaciones de la familia Amedama. Ahora que la mujer había recuperado los ojos, insistía en visitar su segundo hogar para, cita literal suya, "ver lo cochambroso que me has dejado el sitio". Tras un par de días dejando todo como una patena, los dos se habían puesto sendos disfraces para disfrutar de las habituales festividades de Viento Gris de Kabotaro, una aldea cercana. Pese a la negativa insistente de Daruu, Kiroe presentó un ejército de muecas tristes manipuladoras y de chantajes emocionales. Además de su arma secreta.
Contarle la idea a Ayame, e invitarla.
—¡Ayame! ¿Cómo vas? —exclamó Daruu—. Ma... ¿mamá? ¿De qué vas tú?
—¡De parca! —Kiroe apareció bajando las escaleras y con otra túnica negra, encapuchada, con el rostro pintado como si fuese una calavera y con un utensilio muy familiar asido firmemente en la mano derecha...
—Mamá. ¿Eso es un rodillo?
—¡De parca pastelera!
· · ·
A Daruu se le pasó enseguida la sensación de ridículo. Le habían contado que era una fiesta dedicada a los muertos, de modo que había pensado que la gente iría con disfraces algo más terroríficos. Pero en aquella fiesta primaba más el humor y una estilizada visión del horror que la representación de un inframundo real. Los niños corrían de un lado para otro con calabazas en la cabeza. Gente vestía con atuendos más cutres que los suyos, incluso había quien había manufacturado los vestidos.
—Ay, si yo estuviera aquí con el carro de bollitos...
—Bueno, mamá. Calma, tómate un día libre.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)