Geki asintió como contestación a las palabras del Yotsuki. Tenía razón aquellos tipos parecían acabados, no tenía sentido seguir en aquel lugar. El muchacho de cabello azul se retiró dando saltos por los árboles. Geki le dedicó unos segundos más a los cazadores, sus miradas de odio se clavaron en él, pero no se las contestó, se giró y siguió a su compañero dando saltos por las ramas, un poco más largos y con un poco más de fuerza para ponerse a su par.
Meditó unos segundos, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para decir – No parecían muy contentos, ¿Deberíamos borrar nuestro rastro? En fin son profesionales. Espetó en un tono de preocupación y volvió a su cara pensativa.
-Y ese lobo ¿Alguna vez viste un animal de esas características? En kusagakure he visto mucho tipo de animales por su fauna y flora, pero jamás uno así.
Geki volvió a su estado pensativo, cuando una pequeña gota de agua cayó sobre su rostro, el genin se detuvo. Estiró su mano con la palma hacia arriba para recibir otra gota y otra y otra. Lluvia… Una lluvia leve había empezado a colarse por el follaje del bosque.
Tomó impulso y de un salto de nuevo se puso a la par de su compañero –Para ti que tenías sed, si juntas las palmas formaras un vaso. Una sonrisa se dibujó en su cara, intentando que esta vez el chiste pasara por bueno. La leve llovizna mojándole la cara le hizo desaparecer un poco la preocupación hacia los cazadores.
Meditó unos segundos, como si estuviera buscando las palabras adecuadas para decir – No parecían muy contentos, ¿Deberíamos borrar nuestro rastro? En fin son profesionales. Espetó en un tono de preocupación y volvió a su cara pensativa.
-Y ese lobo ¿Alguna vez viste un animal de esas características? En kusagakure he visto mucho tipo de animales por su fauna y flora, pero jamás uno así.
Geki volvió a su estado pensativo, cuando una pequeña gota de agua cayó sobre su rostro, el genin se detuvo. Estiró su mano con la palma hacia arriba para recibir otra gota y otra y otra. Lluvia… Una lluvia leve había empezado a colarse por el follaje del bosque.
Tomó impulso y de un salto de nuevo se puso a la par de su compañero –Para ti que tenías sed, si juntas las palmas formaras un vaso. Una sonrisa se dibujó en su cara, intentando que esta vez el chiste pasara por bueno. La leve llovizna mojándole la cara le hizo desaparecer un poco la preocupación hacia los cazadores.