El mito del oeste

[Riko]

Y tal y como había imaginado, aquellos hombres no eran los típicos que se achantan a la primera de cambio, por lo que en cuanto Datsue les respondió, el que había hablado hizo lo propio y de hecho lo hizo con un aire de superioridad típico de un matón que cree que se está enfrentando a unos niños indefensos, pero no era el caso y menos aún con el Uchiha.

Bāndo dejó ver unas cuchillas bastante singulares que se colocó entre sus dedos y con las que amenazó a los shinobi de Uzushio, amenaza a la que Datsue respondió desenvainando su ninjatō y, lo que más preocupó a Riko, activando su Sharingan.

Y aquel fue el gesto que necesitaba para actuar.

Se levantó despacio y se colocó entre ambos antes de que ninguno pudiera llegar a mayores y pasó su mirada de uno a otro y se quedó parado mirando al maleante.

—No queremos montar un espectáculo, solo queremos descansar y pasar un buen rato. — Empezó el joven. —Así que... ¿qué tal si dejamos las cosas como están y no causamos problemas a las personas que están aquí tratando de disfrutar? ¿Sí?

En su rostro se dibujó una sonrisa que cualquiera podría ver que era falsa, una sonrisa que les dirigió a los tres hombres que habían entrado los último al local, una sonrisa que les venía a decir que no les tocaran más los huevos.