7/11/2018, 23:08
(Última modificación: 7/11/2018, 23:35 por Eikyuu Juro. Editado 2 veces en total.)
El mundo se le venía encima. La pesadilla que había vivido, en aquel lugar de sellado (dónde había mirado a la luna y una enorme criatura voladora le había devuelto la vista) se había vuelto más clara que nunca. Porque sabía que era verdad. El sello nunca había sido suficiente. Por más que había mirado a Ayame y se había jurado que en su caso era distinto.
No lo era. El bijuu estaba en él, y él estaba expuesto. Podía hablarle. Podía sentirle. Podía... podía...
« ¡Alejate de mi! ¡Alejate de mí! »
Él no dijo nada. Sin embargo, no podía dejar de escuchar su risa. Era juguetona, y despreocupada, como quién se reía de un chiste gracioso. Pero a la vez, le irritaba.
—Pueden relajarse, no voy a atacarlos. Y, por su bien, espero que tampoco intenten ninguna tontería. Ya nos conocemos. Déjenme empezar por el principio y, por favor, no me interrumpan.
— B-bien — murmuró, sin saber qué hacer. No podía correr, y desde luego, no estaba en posición de huir. Estaba atrapado ahí.
»Kurama ha regresado a Oonindo, y ha reclutado a ocho humanos a los que llama "Generales". No son Jinchūriki, pero a cambio de su lealtad les ha otorgado cierto poder y comparte con ellos su chakra. Ha malinterpretado las palabras de Padre, y su intención no es otra que alzarse por encima de los humanos. Crear un imperio, el Imperio de Kurama, y convertirse en un líder absoluto, con nosotros al mando.
Juro no entendió la mayor parte. ¿Las palabras de su padre? ¿Los bijuus tenían padre? ¿Quién era Kurama?
Lo que si entendía era que había peligro. Ese tal Kurama, con ocho generales (Juro empezó a sospechar, por sus palabras, que Kurama era un bijuu como ellos. Probablemente era su nombre real o apodo) quería ser mejor que los humanos. Y eso solo significaba una cosa...
Juro se mordió el labio, conteniendo las ganas de gritar. Aún no se acostumbraba a la sensación de tener una voz en la cabeza.
Después de una pausa, el Gobi continuó hablando, y la información que estaba a punto de revelarles, haría que Juro diese un respingo.
—Mi Jinchūriki se encontró con uno de esos Generales. Intentó escapar, pero no lo consiguió. Fue derrotada, y dicho General llevó a cabo una técnica que había desarrollado Kurama: Kyūjū Tensei. Con esta técnica se revierte el control entre el Jinchūriki y el bijū. Así fue como fui liberada, y así es como Kurama se liberó de su propio Jinchūriki. A cambio, una de las consecuencias de estar en este cuerpo humano, es que no puedo hablar con ustedes como antes. Por esa razón Kurama había desaparecido cuando nos reuníamos
— N-no... — murmuró, asustado. Ya no le importaba lo que le dijeran: él era más importante —. ¿Cómo la encontró? ¿Acaso está buscando a todos los jinchuriki? ¿Ella está... muerta?
» El Nana... Chomei dice que le resulta irónico qué el tal Kurama utilice humanos como medio para ayudarse. También está... bueno, supongo que él también quiere apuntarse a lo de ser libre, aunque no creo que vaya a unirse a su ejército. Quiere saber si tú te has unido a él ahora. — Juro se atrevió a añadir eso último, pero el bijuu no dijo nada, por lo que, o bien le dio igual, o bien aprobó su contribución. Igualmente, Juro quería saber a quién tenía delante.
No lo era. El bijuu estaba en él, y él estaba expuesto. Podía hablarle. Podía sentirle. Podía... podía...
« ¡Alejate de mi! ¡Alejate de mí! »
Él no dijo nada. Sin embargo, no podía dejar de escuchar su risa. Era juguetona, y despreocupada, como quién se reía de un chiste gracioso. Pero a la vez, le irritaba.
—Pueden relajarse, no voy a atacarlos. Y, por su bien, espero que tampoco intenten ninguna tontería. Ya nos conocemos. Déjenme empezar por el principio y, por favor, no me interrumpan.
— B-bien — murmuró, sin saber qué hacer. No podía correr, y desde luego, no estaba en posición de huir. Estaba atrapado ahí.
»Kurama ha regresado a Oonindo, y ha reclutado a ocho humanos a los que llama "Generales". No son Jinchūriki, pero a cambio de su lealtad les ha otorgado cierto poder y comparte con ellos su chakra. Ha malinterpretado las palabras de Padre, y su intención no es otra que alzarse por encima de los humanos. Crear un imperio, el Imperio de Kurama, y convertirse en un líder absoluto, con nosotros al mando.
Juro no entendió la mayor parte. ¿Las palabras de su padre? ¿Los bijuus tenían padre? ¿Quién era Kurama?
Lo que si entendía era que había peligro. Ese tal Kurama, con ocho generales (Juro empezó a sospechar, por sus palabras, que Kurama era un bijuu como ellos. Probablemente era su nombre real o apodo) quería ser mejor que los humanos. Y eso solo significaba una cosa...
« ¡Jeje! Usar a los humanos para alzarse por encima de ellos. ¡Es tan triste que hace gracia! »
«Los humanos sois seres manipulables y sin suerte. El gran y afortunado Siete Colas no colaborará con ellos. No merecen mi bendición. »
Juro se mordió el labio, conteniendo las ganas de gritar. Aún no se acostumbraba a la sensación de tener una voz en la cabeza.
Después de una pausa, el Gobi continuó hablando, y la información que estaba a punto de revelarles, haría que Juro diese un respingo.
—Mi Jinchūriki se encontró con uno de esos Generales. Intentó escapar, pero no lo consiguió. Fue derrotada, y dicho General llevó a cabo una técnica que había desarrollado Kurama: Kyūjū Tensei. Con esta técnica se revierte el control entre el Jinchūriki y el bijū. Así fue como fui liberada, y así es como Kurama se liberó de su propio Jinchūriki. A cambio, una de las consecuencias de estar en este cuerpo humano, es que no puedo hablar con ustedes como antes. Por esa razón Kurama había desaparecido cuando nos reuníamos
— N-no... — murmuró, asustado. Ya no le importaba lo que le dijeran: él era más importante —. ¿Cómo la encontró? ¿Acaso está buscando a todos los jinchuriki? ¿Ella está... muerta?
« ¡Parece que las cosas se están complicando para ti, chiquillo! »
« Disfrutare mucho cuando te cacen y las tornas se cambien. Así tú aprenderás lo que es vivir sin suerte. ¡Jejeje! »
» El Nana... Chomei dice que le resulta irónico qué el tal Kurama utilice humanos como medio para ayudarse. También está... bueno, supongo que él también quiere apuntarse a lo de ser libre, aunque no creo que vaya a unirse a su ejército. Quiere saber si tú te has unido a él ahora. — Juro se atrevió a añadir eso último, pero el bijuu no dijo nada, por lo que, o bien le dio igual, o bien aprobó su contribución. Igualmente, Juro quería saber a quién tenía delante.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60