11/11/2018, 13:05
El sobresalto del otro peliblanco le pilló por sorpresa. Realmente le había pillado empanado. —¡Hostias! Perdona, no te había visto venir... — respondió aquel chico. —Pues no, no he visto ninguna cabra, estaba un poco empanado... ¿quieres que te eche una mano para buscarla?
Aquella generosa oferta despertó cierta admiración por él. No le conocía de nada y... ¿estaba dispuesto a ayudarle a buscar una cabra? Sin duda, días más normales había vivido. Fuukei quería asegurarse que no lo hacía por ningún acto de cordialidad y por eso insistió en ello. — ¿Estás seguro? Ergh, quiero decir, no tienes porqué. Es sólo una cabrilla malhechora que tiene necesidad de llamar la atención de vez en cuando...
Sin embargo, sus palabras fueron cortadas por la voz de un vendedor ambulante gritando. — ¡¿Pero qué estás haciendo, maldita cabra?! — Después, un estrenduoso ruido acompañado por el balido de una cabra llegó a sus oídos. Fuukei se alertó y giró la cabeza hacia la dirección del sonido, dispuesto a salir corriendo hacia allí.
Aquella generosa oferta despertó cierta admiración por él. No le conocía de nada y... ¿estaba dispuesto a ayudarle a buscar una cabra? Sin duda, días más normales había vivido. Fuukei quería asegurarse que no lo hacía por ningún acto de cordialidad y por eso insistió en ello. — ¿Estás seguro? Ergh, quiero decir, no tienes porqué. Es sólo una cabrilla malhechora que tiene necesidad de llamar la atención de vez en cuando...
Sin embargo, sus palabras fueron cortadas por la voz de un vendedor ambulante gritando. — ¡¿Pero qué estás haciendo, maldita cabra?! — Después, un estrenduoso ruido acompañado por el balido de una cabra llegó a sus oídos. Fuukei se alertó y giró la cabeza hacia la dirección del sonido, dispuesto a salir corriendo hacia allí.