14/11/2018, 01:28
Juro se dio la vuelta, dispuesto a avisar a Datsue...
... para ver que este claramente ya se había marchado.
« ¡Imbecil! ¡Cualquiera se habría largado en esa situación! » — se reprochó así mismo. Claro que no tenía que preguntar antes de correr. ¡Era su vida!
Podía escuchar los gritos de Datsue, al fondo. Le instaban a que fuese corriendo con él, antes de que tuviese una muerte (segura) ante el poder de aquella cosa. Y Juro estuvo a punto de hacerlo, pero se descubrió así mismo paralizado ante la inmensidad del bijuu.
Si realmente hubiese querido, él habría muerto ahí. Sin embargo, el Gobi — Kokuo — deshizo su poderosa técnica. Datsue se había marchado y con él la hostilidad. El bijuu parecía hasta haberse relajado.
Y entonces, le habló.
—No me importa lo más mínimo las relaciones que tenéis los humanos, pero si puedo darle un consejo, escuche con atención: no crea ni media palabra de lo que salga de los labios de ese Uchiha.
— G-gracias por el consejo — murmuró Juro, claramente sorprendido —... y gracias por no matarme, también. Será mejor que me vaya.
Y no lo decía por los gestos de barbilla que el bijuu le estaba haciendo, sino porque sentía que su presencia ahí sobraba ya. En ese momento, desconocía como volver a su villa por esos caminos (como mucho, podría tirar por uno y ir a ciegas, pero no le parecía buena idea con un bijuu rondando por el bosque).
Juro salió corriendo, siguiendo la senda de Datsue. No supo como el uchiha le trataría a partir de ahora, pero la advertencia de la criatura no le salió desapercibida.
« No creas ninguna palabra. ¿De verdad me ha dicho eso un ser ancestral y poderoso? » — Aún estaba en shock. Quizá, si el bijuu le hubiera seguido amenazando de muerte, no le habría hecho ningun caso. Pero se había serenado y le había perdonado la vida, simplemente porque su odio no iba hacia Juro, iba hacia Datsue. ¿De verdad Ayame estaba encerrada? Juro seguía pensando que sus emociones podían llegar al monstruo, de alguna forma.
Si no... ¿Por qué el bijuu iba a odiar a Datsue? ¿Acaso desconfiaba de él por sus palabras? ¿Por su traición a Ayame y su ofrecimiento de ayuda? Juro aún no sabía de que iba eso, pero desde luego, tenía que enterarse. Porque además de poco ético, le parecía inquietante.
— ¡Datsue! ¡Espérame! — exclamó el chico, mientras corría por la senda que supuso que debía de haber tomado.
Juro trataría de alcanzar al Uchiha, si es que aún seguía en el camino visible. En cualquier caso, se alejaría del bijuu.
... para ver que este claramente ya se había marchado.
« ¡Imbecil! ¡Cualquiera se habría largado en esa situación! » — se reprochó así mismo. Claro que no tenía que preguntar antes de correr. ¡Era su vida!
Podía escuchar los gritos de Datsue, al fondo. Le instaban a que fuese corriendo con él, antes de que tuviese una muerte (segura) ante el poder de aquella cosa. Y Juro estuvo a punto de hacerlo, pero se descubrió así mismo paralizado ante la inmensidad del bijuu.
Si realmente hubiese querido, él habría muerto ahí. Sin embargo, el Gobi — Kokuo — deshizo su poderosa técnica. Datsue se había marchado y con él la hostilidad. El bijuu parecía hasta haberse relajado.
Y entonces, le habló.
—No me importa lo más mínimo las relaciones que tenéis los humanos, pero si puedo darle un consejo, escuche con atención: no crea ni media palabra de lo que salga de los labios de ese Uchiha.
— G-gracias por el consejo — murmuró Juro, claramente sorprendido —... y gracias por no matarme, también. Será mejor que me vaya.
Y no lo decía por los gestos de barbilla que el bijuu le estaba haciendo, sino porque sentía que su presencia ahí sobraba ya. En ese momento, desconocía como volver a su villa por esos caminos (como mucho, podría tirar por uno y ir a ciegas, pero no le parecía buena idea con un bijuu rondando por el bosque).
Juro salió corriendo, siguiendo la senda de Datsue. No supo como el uchiha le trataría a partir de ahora, pero la advertencia de la criatura no le salió desapercibida.
« No creas ninguna palabra. ¿De verdad me ha dicho eso un ser ancestral y poderoso? » — Aún estaba en shock. Quizá, si el bijuu le hubiera seguido amenazando de muerte, no le habría hecho ningun caso. Pero se había serenado y le había perdonado la vida, simplemente porque su odio no iba hacia Juro, iba hacia Datsue. ¿De verdad Ayame estaba encerrada? Juro seguía pensando que sus emociones podían llegar al monstruo, de alguna forma.
Si no... ¿Por qué el bijuu iba a odiar a Datsue? ¿Acaso desconfiaba de él por sus palabras? ¿Por su traición a Ayame y su ofrecimiento de ayuda? Juro aún no sabía de que iba eso, pero desde luego, tenía que enterarse. Porque además de poco ético, le parecía inquietante.
— ¡Datsue! ¡Espérame! — exclamó el chico, mientras corría por la senda que supuso que debía de haber tomado.
Juro trataría de alcanzar al Uchiha, si es que aún seguía en el camino visible. En cualquier caso, se alejaría del bijuu.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60