14/11/2018, 14:29
Kenzou entrecerró los ojos, se acercó a Daigo y golpeó el escritorio, tenso como un resorte.
—¡Vamos, muchacho! ¿¡Qué te pasa!? ¡Contesta! ¿¡No ves acaso que estamos tratando un asunto de máxima importancia!?
»¡Daigo!
—¡Vamos, muchacho! ¿¡Qué te pasa!? ¡Contesta! ¿¡No ves acaso que estamos tratando un asunto de máxima importancia!?
»¡Daigo!