15/11/2018, 13:42
Kenzou se acarició la barbilla y paseó alrededor del despacho a grandes zancadas.
—Mmh... —Murmuraba, o más bien gruñía. Era la primera vez que Daigo había visto a su mandatario tan serio, y tan nervioso. Se rascaba la cabeza, daba algún que otro pisotón en el suelo...
...finalmente, acabó por volver de nuevo al otro lado del escritorio y se sentó en la silla. Respiró hondo...
...y sonrió.
—Bien, Daigo-kun. Gracias por informar. Puedes marcharte. Enviaré una carta a Amegakure...
»Y de paso, me aseguraré de convencer a Yui-dono de que nosotros no nos hemos cargado la estatua de Kouta. Nos envió una misiva... algo agresiva.
«Esto podría ser un problema muy grave. "Libera lo que no es tuyo"... ¿y de quién es, si puede saberse?
¿De quién es un bijuu?
Esto no pinta nada bien.»
—Mmh... —Murmuraba, o más bien gruñía. Era la primera vez que Daigo había visto a su mandatario tan serio, y tan nervioso. Se rascaba la cabeza, daba algún que otro pisotón en el suelo...
...finalmente, acabó por volver de nuevo al otro lado del escritorio y se sentó en la silla. Respiró hondo...
...y sonrió.
—Bien, Daigo-kun. Gracias por informar. Puedes marcharte. Enviaré una carta a Amegakure...
»Y de paso, me aseguraré de convencer a Yui-dono de que nosotros no nos hemos cargado la estatua de Kouta. Nos envió una misiva... algo agresiva.
«Esto podría ser un problema muy grave. "Libera lo que no es tuyo"... ¿y de quién es, si puede saberse?
¿De quién es un bijuu?
Esto no pinta nada bien.»