15/11/2018, 16:50
(Última modificación: 15/11/2018, 22:55 por Sasagani Yota. Editado 1 vez en total.)
De nuevo, el Morikage mantuvo la calma, se reflejaba en su postura y en la tranquilidad que emanaba su rostro y sus ojos. Estaba llevandome al límite y ni siquiera se despeinaba. Osea, no es que uno pudiera esperar algo distinto, pero estaba flipando de la fortaleza de aquel hombre entrado en años. Por dentro no podía hacer más que admirar al que era nuestro líder.
De hecho, Kenzou estaba tan calmado que se permitió el lujo de contraatacar ante la ofensiva de Kumokichi, agarrando sus quelíceros, deteniéndolos en el momento preciso. Aún así, pude ver como de ellos descendía una líquido translucido como verdoso.
«Joder, menos mal que ha podido bloquearlo»
— ¡Joder! Mierda... lo siento, Yota — bufó el animal, a sabiendas de que, en aquel... ¿combate? ¿entrenamiento? había fallado.
Entonces salté. Debía aprovechar el moemnto en el que Kenzou estaba centrado en Kumokichi y terminar con la idea inicial, aún podía funcionar. No del modo esperado, claro, pero aún había opciones de golpear al Morikage.
Bajo mis pies, los lamentos del arácnido anaranjado se hicieron realidad. Creo que fue la pierna del Morikage que se envolvió en un chakra verdoso y esta mando a la puta a mi invocación, haciéndola desaparecer en los cielos en una fugaz nube de humo. Yo aproveche y lancé mi ofensiva y, para mis sorpresa, pese a estar justo en frente de mi oponente, acerté. Aunque no del modo esperado.
— Imposible..
Abrí mis dos globos oculares como si fueran dos jodidas naranjas. El tipo no se había movido del sitio, simplemente encajó el golpe y no retrocedió a pesar del chispazo del furasshu. Técnicamente aquello no era posible. Estaba completamente convencido de que había aplicado una gran cantidad de chakra en el golpe.
— Mierda — dije en cuanto me apresó — ¡¡Ah!!
Y finalmente besé el suelo tras aquella sutil llave.
Mis manos se apoyaron en el suelo, todavía intentando explicarme como narices había conseguido resistir el golpe de aquel modo.
— Có.. ¿Cómo lo ha hecho?
Pero no había tiempo para lamentaciones ni explicaciones ni nada. Necesitaba dar un golpe certero. Aquello no iba a ser una nueva derrota moral. Recordaba mis palabras ante el nuevo jounin de Kusagakure y mi buen amigo Juro. No más traspiés, no más errores, necesitaba hacer las cosas bien de una buena vez. Así que mi mano se fue al portaobjetos, agarrando algo pequeño, algo que me serviría para ganar unos segundos.
— Podía imaginarme que era usted alguien muy poderoso, pero esto supera todas mis expectativas — me sinceré mientras me incorporaba como buenamente podía.
Una vez arriba, alcé de nuevo la cabeza para mirar a nuestro líder.
— Un intento más, Morikage-sama, solo uno más, por favor
No esperé respuesta. simplemnente apreté el puño y cerré los ojos, dejando caer aquella bolita la cual explotó devolviendo la luz diurna por unos momentos. Momentos que aprovecharía para cargar el chidori en la palma de mi mano. Kenzou podría reconocer el sonido del aquella técnica tan sumamente característica y rápidamente abrí de nuevo los ojos y cargué el jutsu de mi mano contra el cuerpo del Morikage. Obviamente, había ajustado la potencia para que, en caso de acertar, no causase heridas fatales en su cuerpo. No me había vuelto loco. Podía moverme más rápido, pero el efecto túnel me hacía más vulnerable a lo que no tenía en frente.
• PV:–
• CK:–
• PV Kumokichi:–
• CK Kumokichi:–
Daño recibido
Daño causado
De hecho, Kenzou estaba tan calmado que se permitió el lujo de contraatacar ante la ofensiva de Kumokichi, agarrando sus quelíceros, deteniéndolos en el momento preciso. Aún así, pude ver como de ellos descendía una líquido translucido como verdoso.
«Joder, menos mal que ha podido bloquearlo»
— ¡Joder! Mierda... lo siento, Yota — bufó el animal, a sabiendas de que, en aquel... ¿combate? ¿entrenamiento? había fallado.
Entonces salté. Debía aprovechar el moemnto en el que Kenzou estaba centrado en Kumokichi y terminar con la idea inicial, aún podía funcionar. No del modo esperado, claro, pero aún había opciones de golpear al Morikage.
Bajo mis pies, los lamentos del arácnido anaranjado se hicieron realidad. Creo que fue la pierna del Morikage que se envolvió en un chakra verdoso y esta mando a la puta a mi invocación, haciéndola desaparecer en los cielos en una fugaz nube de humo. Yo aproveche y lancé mi ofensiva y, para mis sorpresa, pese a estar justo en frente de mi oponente, acerté. Aunque no del modo esperado.
— Imposible..
Abrí mis dos globos oculares como si fueran dos jodidas naranjas. El tipo no se había movido del sitio, simplemente encajó el golpe y no retrocedió a pesar del chispazo del furasshu. Técnicamente aquello no era posible. Estaba completamente convencido de que había aplicado una gran cantidad de chakra en el golpe.
— Mierda — dije en cuanto me apresó — ¡¡Ah!!
Y finalmente besé el suelo tras aquella sutil llave.
Mis manos se apoyaron en el suelo, todavía intentando explicarme como narices había conseguido resistir el golpe de aquel modo.
— Có.. ¿Cómo lo ha hecho?
Pero no había tiempo para lamentaciones ni explicaciones ni nada. Necesitaba dar un golpe certero. Aquello no iba a ser una nueva derrota moral. Recordaba mis palabras ante el nuevo jounin de Kusagakure y mi buen amigo Juro. No más traspiés, no más errores, necesitaba hacer las cosas bien de una buena vez. Así que mi mano se fue al portaobjetos, agarrando algo pequeño, algo que me serviría para ganar unos segundos.
— Podía imaginarme que era usted alguien muy poderoso, pero esto supera todas mis expectativas — me sinceré mientras me incorporaba como buenamente podía.
Una vez arriba, alcé de nuevo la cabeza para mirar a nuestro líder.
— Un intento más, Morikage-sama, solo uno más, por favor
No esperé respuesta. simplemnente apreté el puño y cerré los ojos, dejando caer aquella bolita la cual explotó devolviendo la luz diurna por unos momentos. Momentos que aprovecharía para cargar el chidori en la palma de mi mano. Kenzou podría reconocer el sonido del aquella técnica tan sumamente característica y rápidamente abrí de nuevo los ojos y cargué el jutsu de mi mano contra el cuerpo del Morikage. Obviamente, había ajustado la potencia para que, en caso de acertar, no causase heridas fatales en su cuerpo. No me había vuelto loco. Podía moverme más rápido, pero el efecto túnel me hacía más vulnerable a lo que no tenía en frente.
Estado de Yotita
• PV:
133/160
-27
–• CK:
23/200
-48
–• PV Kumokichi:
17/100
-83
– • CK Kumokichi:
52/100
Daño recibido
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa