15/11/2018, 19:00
La joven kunoichi tuvo varios problemas para elegir un atuendo adecuado de su closet, siendo que el tiempo se le fue volando completamente mientras se arreglaba y la noche le alcanzó rápidamente. Quién sabe a que hora habían acordado juntarse las dos extrañas muchachas, pero para cuando Mei acudió al lugar notaría que su compañera se atrasó en su cita, por lo que su pregunta no sería respondida por nadie. Quizás la muchacha de los ojos negros aún tuviese problemas con su guardarropa al igual que la Aburame y estuviese en medio de un dilema existencial sobre cuál tono de negro combinaba mejor con su cabello.
Fuese cómo fuese, la uzujin estaba sola por el momento. Era posible consultar el volante para encontrar la dirección, aunque quizás no iba a ser necesario.
Dos luces en movimiento eran visibles en la altura de la noche, destacando entre todas las demás de ese sector de Tanzaku Gai. Sin duda aquellas eran las que señalaban la entrada del Constellation Royal Casino, cuyo acceso estaba precedido por una alfombra roja y pino aromático en sus orillas. Dos hombres con lentes oscuros y trajes de negro resguardaban la entrada, aunque no parecían estar solicitando ningún tipo de invitación para permitir el acceso. Ya sea en pareja o en solitario, jóvenes o ancianos, todos llevaban sus mejores galas para la fiesta. Desde kimonos de seda hasta vestidos de noche, no importaba media vez resaltase la belleza de sus portadoras. Casi parecía que estaban ahí para competir y no por los eventos que iban a realizarse.
¿Qué haría entonces la joven genin? ¿Entraría al lugar en solitario o se retractaría después de tanta preparación ante la ausencia de la persona que le convenció para ir? La decisión era de ella y de nadie más.