16/11/2018, 16:42
No sabría decir exactamente como sucedió todo. simplemente me limité a intentarlo una última vez. supe que era la última, mis reservas de chakra estaban prácticamente en las últimas y era consciente de que el uso del chidori me dejaría cuanto menos muy exhausto, apenas con alguna que otra solitario gota de chakra en mis conductos. Y así fue.
Pero salió mal. Una vez más, y ya iban unas cuantas, el Morikage supo defenderse y devolverme el golpe. De pronto, sentí el pie del anciano contra el mio e irremediablemente, acabaría besando el suelo, al igual que mi chidori, que explotó contra el tatami, creando un importante boquete y el estruendo propio de la técnica dio paso al más absoluto silencio. Hasta que Moyashi Kenzou volvió a abrir la boca.
—¡Eso ha sido magnífico, Yota-kun! —Kenzou le observaba, a un par de metros, de pie y ya con la vista recuperada—. Pero tienes que tener cuidado con esa técnica, te deja muy expuesto cuando no aciertas.
Abrí los ojos y trate de alzar la vista para observarle. en su lugar me encontré un filo muy particular, era jodidamente gigante. como una katana hecha a medida, a la altura del hombre que la empuñaba. Era imponente y recibir la estocada de aquello, como poco, te partía en mil trozitos.
— Qué cojones es... joder
—Gané
— No esperaba menos de una leyenda viva como usted, Morikage-sama — dije, vencido por el líder de la hierba, quién apenas tuvo que esforzarse para tenerme en el suelo a su merced — Al menos espero que lo que ha visto de mí le haya gustado, supongo que con eso me llevo la victoria moral
Resoplé un par de veces, cansado. Luego, apoyando ambas manos en el suelo, trataría de levantarme, evitando siquiera rozar el filo de aquella cosa que me apuntaba.
Pero salió mal. Una vez más, y ya iban unas cuantas, el Morikage supo defenderse y devolverme el golpe. De pronto, sentí el pie del anciano contra el mio e irremediablemente, acabaría besando el suelo, al igual que mi chidori, que explotó contra el tatami, creando un importante boquete y el estruendo propio de la técnica dio paso al más absoluto silencio. Hasta que Moyashi Kenzou volvió a abrir la boca.
—¡Eso ha sido magnífico, Yota-kun! —Kenzou le observaba, a un par de metros, de pie y ya con la vista recuperada—. Pero tienes que tener cuidado con esa técnica, te deja muy expuesto cuando no aciertas.
Abrí los ojos y trate de alzar la vista para observarle. en su lugar me encontré un filo muy particular, era jodidamente gigante. como una katana hecha a medida, a la altura del hombre que la empuñaba. Era imponente y recibir la estocada de aquello, como poco, te partía en mil trozitos.
— Qué cojones es... joder
—Gané
— No esperaba menos de una leyenda viva como usted, Morikage-sama — dije, vencido por el líder de la hierba, quién apenas tuvo que esforzarse para tenerme en el suelo a su merced — Al menos espero que lo que ha visto de mí le haya gustado, supongo que con eso me llevo la victoria moral
Resoplé un par de veces, cansado. Luego, apoyando ambas manos en el suelo, trataría de levantarme, evitando siquiera rozar el filo de aquella cosa que me apuntaba.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa