16/11/2018, 17:31
—¡Eh! Pensaba que os habíais perdido —exclamó el rubio, metiéndose las manos en los bolsillos...
Y Ayame no pudo evitar mirarle con algo de reproche.
—¿Perdido? ¿En Yachi? —respondió Daruu, con un resoplido—. ¿Cómo voy a perderme en mi propio país? Eres tú el que vienes de fuera, guiri de la hierba.
—Se te ha caído eso... —murmuró Ayame, señalando el vaso de plástico del que había estado bebiendo hasta hacía unos pocos segundos y que ahora yacía abandonado en el suelo.
Daruu, junto a ella, miró a su alrededor para asegurarse de que no había oídos indiscretos en las cercanías.
—Bueno, Yota. Ya estamos aquí. ¿De qué querías hablar?
Y Ayame no pudo evitar mirarle con algo de reproche.
—¿Perdido? ¿En Yachi? —respondió Daruu, con un resoplido—. ¿Cómo voy a perderme en mi propio país? Eres tú el que vienes de fuera, guiri de la hierba.
—Se te ha caído eso... —murmuró Ayame, señalando el vaso de plástico del que había estado bebiendo hasta hacía unos pocos segundos y que ahora yacía abandonado en el suelo.
Daruu, junto a ella, miró a su alrededor para asegurarse de que no había oídos indiscretos en las cercanías.
—Bueno, Yota. Ya estamos aquí. ¿De qué querías hablar?