16/11/2018, 21:23
Ayame la Paranoica, la que había vestido un antifaz desde Amegakure hasta Yachi durante el viaje de hacía un par de días, le decía ahora que no fuera así con Yota. ¡Genial idea! ¡Fiémonos de todos los extranjeros que se ponen a hacer sellos delante nuestra! Seguro que así no nos comemos ningún katonazo improvisado, ¿eh? Para Daruu, Ayame tenía la memoria muy corta. Porque parecía no acordarse de cómo se había puesto en Kabotaro.
Luego, Yota continuó encima diciéndole que le gustase a Daruu o no, era su amigo. ¿Pero qué cojones? ¿La amistad se puede obligar? Porque ahora se enteraba. ¡Ahora se enteraba! La amistad es algo que se otorga mutuamente, no se puede forzar unilateralmente.
Les contó que la araña que llevaba en su cabeza anteriormente se llamaba Kumopansa. Daruu pensó que era un nombre gracioso, porque la parte final, "pansa", le recordaba a la palabra "panza". Pero cuando recordaba el aspecto de aquella viuda negra, se le pasaba la risa enseguida.
—Hombre, mientras no tires la basura al suelo como has hecho con el vaso, por mi no tengo problema —dijo, encogiéndose de hombros—. Bueno, sí, uno pequeño, insignificante. Que desde lo de Uzushiogakure me fio muy poco de los extranjeros. Por mucho que hayamos sido amigos... también lo fui de Uzumaki Eri. Y al final, resultó ser otra rata traicionera más.
Se dio la vuelta.
»Un movimiento equivocado y podrías encontrar tu cabeza separada del cuerpo. Considéralo un aviso. Decido creerte, pero los hechos demostrarán si puedo o no confiar en ti.
Luego, Yota continuó encima diciéndole que le gustase a Daruu o no, era su amigo. ¿Pero qué cojones? ¿La amistad se puede obligar? Porque ahora se enteraba. ¡Ahora se enteraba! La amistad es algo que se otorga mutuamente, no se puede forzar unilateralmente.
Les contó que la araña que llevaba en su cabeza anteriormente se llamaba Kumopansa. Daruu pensó que era un nombre gracioso, porque la parte final, "pansa", le recordaba a la palabra "panza". Pero cuando recordaba el aspecto de aquella viuda negra, se le pasaba la risa enseguida.
—Hombre, mientras no tires la basura al suelo como has hecho con el vaso, por mi no tengo problema —dijo, encogiéndose de hombros—. Bueno, sí, uno pequeño, insignificante. Que desde lo de Uzushiogakure me fio muy poco de los extranjeros. Por mucho que hayamos sido amigos... también lo fui de Uzumaki Eri. Y al final, resultó ser otra rata traicionera más.
Se dio la vuelta.
»Un movimiento equivocado y podrías encontrar tu cabeza separada del cuerpo. Considéralo un aviso. Decido creerte, pero los hechos demostrarán si puedo o no confiar en ti.