17/11/2018, 00:12
Kenzou escuchó, palabra por palabra, la información que tenía que revelarle. Al principio, creyó que era algo sin mayor importancia. Ninjas extranjeros cruzando su país para cumplir misiones en el País de la Tierra o del Rayo era algo que sucedía a diario, aunque no le gustase. Era algo que también pasaba a la inversa, cuando sus ninjas tenían que cruzar la Lluvia o la Espiral para llegar hasta el País del Fuego o del Viento. Sin embargo, hubo un detalle en el discurso de Yota que provocó que su sonrisa perdiese brillo.
—¿Un ninja de Amegakure causando estragos en una posada, dices? ¿Qué tipo de estragos? —La ausencia de bandana, el aspecto agresivo y monstruoso… Detalles sin importancia. Pero que un ninja extranjero estuviese causando problemas en su territorio era harina de otro costal.
—¿Un ninja de Amegakure causando estragos en una posada, dices? ¿Qué tipo de estragos? —La ausencia de bandana, el aspecto agresivo y monstruoso… Detalles sin importancia. Pero que un ninja extranjero estuviese causando problemas en su territorio era harina de otro costal.