22/11/2018, 03:18
Tras dar los primeros pasos que me aventuraron al interior de la estancia lo primero que pude percibir fue la gran iluminación que había en el lugar, el techo y las paredes tenían una variedad de candelabros ornamentales que iban desde aquellos bañados en color dorado como los que lucían un hermoso prisma por su estructura cristalizada, admití que tomé un par de segundos detallandolos.
«Que hermosos, están bastante trabajados» sonreí y seguí caminando por aquellas cerámicas de marfil pulido, incluso mis dientes se reflejaban en el piso, el lugar era realmente otro nivel, se podía sentir la presencia imponente de varios de los invitados, y más atrás estaría yo, pero alejé esos pensamientos y me relajé, caminé hacia el mesón y entonces me tomé mi tiempo para elegir algún abrebocas, me terminé decantando por algo dulce, una especie de trufa según yo, y luego tomé una copa de cristal llena de sidra.
La gran sala de abrió hacia mi con múltiples posibilidadades para curiosear, ¿sería casualidad o coincidencia? Lo cierto era que me sentía como niño en un parque o juguetearía, un lugar con miles de caminos nuevos para explorar y dejé que mis pies se encargasen de tomar el rumbo, evidentemente tomé la dirección hacia la demostraciones de las joyas y objetos que serían subastados.
«Que música tan relajante» pasé de largo de los artistas, pero podía sentir la armonía que transmitan con su melodía.
Al llegar a la exhibición me detuve en seco al toparme con un objeto que llamó totalmente mi atención, en la capsula de vidrio, sobre un pedestal y en una mano falta se encontraba una joya dorada, una pequeña serpiente que se enroscaba en el dedo, el trabajo era tan delicado que incluso se veían las escamas del reptil y en sus ojos destacaban dos pequeñas gemas brillantes de color negro.
Le dí un trago a la copa y disfruté del momento « Ese anillo tiene mi nombre, ¿cuánto costará?» me había enamorado y ahora debía pensar en sí mi bolsillo me daría para ese lujoso objeto.
Me quedé ahí un par de minutos bebiendo más sidra y soñando con los ojos abiertos en cómo me quedaría el anillo.
«Que hermosos, están bastante trabajados» sonreí y seguí caminando por aquellas cerámicas de marfil pulido, incluso mis dientes se reflejaban en el piso, el lugar era realmente otro nivel, se podía sentir la presencia imponente de varios de los invitados, y más atrás estaría yo, pero alejé esos pensamientos y me relajé, caminé hacia el mesón y entonces me tomé mi tiempo para elegir algún abrebocas, me terminé decantando por algo dulce, una especie de trufa según yo, y luego tomé una copa de cristal llena de sidra.
La gran sala de abrió hacia mi con múltiples posibilidadades para curiosear, ¿sería casualidad o coincidencia? Lo cierto era que me sentía como niño en un parque o juguetearía, un lugar con miles de caminos nuevos para explorar y dejé que mis pies se encargasen de tomar el rumbo, evidentemente tomé la dirección hacia la demostraciones de las joyas y objetos que serían subastados.
«Que música tan relajante» pasé de largo de los artistas, pero podía sentir la armonía que transmitan con su melodía.
Al llegar a la exhibición me detuve en seco al toparme con un objeto que llamó totalmente mi atención, en la capsula de vidrio, sobre un pedestal y en una mano falta se encontraba una joya dorada, una pequeña serpiente que se enroscaba en el dedo, el trabajo era tan delicado que incluso se veían las escamas del reptil y en sus ojos destacaban dos pequeñas gemas brillantes de color negro.
Le dí un trago a la copa y disfruté del momento « Ese anillo tiene mi nombre, ¿cuánto costará?» me había enamorado y ahora debía pensar en sí mi bolsillo me daría para ese lujoso objeto.
Me quedé ahí un par de minutos bebiendo más sidra y soñando con los ojos abiertos en cómo me quedaría el anillo.
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
Naoko (Lightcoral)
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