22/11/2018, 17:05
- Un gusto Mitsuo! Contestó el joven ninja luego de escuchar al muchacho presentarse, al parecer ese iba a ser su compañero. Geki se relajo un poco e imitó la acción del genin apoyándose también él en el muro, guardo la carta cuidadosamente entre sus ropajes y se reincorporó - Mmm, si te soy sincero no lo sé. La carta no daba mucha información. El senju llevó su mano a la pera y volvió sus ojos hacia arriba como si estuviera pensando en algo. El día anterior se le habían ocurrido unas cuantas teorías sobre la situación, pero al final no comentó nada. - Tú ¿Qué opn.... El genin se vio interrumpido por una voz gruesa y gastada.
- ¡Ya era hora de qué llegaran! el abuelo está inquieto, será mejor que se muevan.
Al principio Geki observó todos los lugares posibles de dónde podía provenir la voz, pero no consiguió determinar la dirección de la misma. Tal control para esconder el chakra sólo podía ser manejado por un ninja experto. Los camuflajes de estos eran muy buenos, el asunto se tornaba serio. Una gota de sudor corrió por el contorno de su cara y se desprendió en la pera. ¿A qué lo estaban llamando? No poder identificar esa voz gruesa y contundente lo ponía nervioso, era la mismísima de un general.
- ¿Qué les pasa? vamos que no tengo todo el día.
Volvió a decir la voz, que esta vez se escucho mucho más cercana a la de los dos sejus. Geki bajo la mirada intentando ubicar de nuevo el autor del imperativo monologo, pero solo vio un perrito de la raza Pug con un pañuelo verde. Lo observó detenidamente mientras seguía impávido. Parecía viejo, de una cara inexpresiva y claramente sus ojos no apuntaban en el mismo sentido.
- ¿Están sordos? ¿Quieren que informe de esto a la familia o qué? wouf! Resongó el perrito terminando con un ladrido y frunciendo el ceño.
- ¡Ya era hora de qué llegaran! el abuelo está inquieto, será mejor que se muevan.
Al principio Geki observó todos los lugares posibles de dónde podía provenir la voz, pero no consiguió determinar la dirección de la misma. Tal control para esconder el chakra sólo podía ser manejado por un ninja experto. Los camuflajes de estos eran muy buenos, el asunto se tornaba serio. Una gota de sudor corrió por el contorno de su cara y se desprendió en la pera. ¿A qué lo estaban llamando? No poder identificar esa voz gruesa y contundente lo ponía nervioso, era la mismísima de un general.
- ¿Qué les pasa? vamos que no tengo todo el día.
Volvió a decir la voz, que esta vez se escucho mucho más cercana a la de los dos sejus. Geki bajo la mirada intentando ubicar de nuevo el autor del imperativo monologo, pero solo vio un perrito de la raza Pug con un pañuelo verde. Lo observó detenidamente mientras seguía impávido. Parecía viejo, de una cara inexpresiva y claramente sus ojos no apuntaban en el mismo sentido.
- ¿Están sordos? ¿Quieren que informe de esto a la familia o qué? wouf! Resongó el perrito terminando con un ladrido y frunciendo el ceño.