27/11/2018, 20:52
Geki asintió con la cabeza, la verdad era muy buena idea eso de ir a buscar provisiones, que lo acompañara alguien que ya había realizado la prueba ya estaba dando sus frutos. Y en un giro el Senju se dio media vuelta y comenzó a correr en dirección a su casa.
- ¡Volveré en treinta minutos!
Gritó mientras subía un brazo en forma de despedida. Las zancadas eran lo más largas que su cuerpo le permitía, las pisadas de la botas en la calle producían un sonido a golpe seco que retumbaba en el silencio de la noche, su respiración comenzaba a agitarse y el frío hacía arder un poco la garganta.
En su carrera intentaba recordar las cosas que guardaba en la despensa, qué sería de utilidad llevar y qué no. El corazón le retumbaba en el pecho como signos de agitación, pero de lo contrario a detenerse Geki continuó saltando por encima de las edificaciones para acortar el camino.
Abrió la puerta casi de un golpe, esta dejó escapar un chillido mientras se desplegaba hacia atrás. Estaba agitado, no había parado de correr hasta llegar a destino. Su cuerpo, despedía un vapor caliente y se intensificaba en la parte de la cabeza, hasta podía sentir como algunas gotas de sudor le corrían por dentro de los ropajes.
Suspiró, se dejó caer en una de las sillas de la casa, mientras pensaba que no tenía tiempo que perder, aunque qué, con la corrida que había hecho había ahorrado mucho. Se duchó rápido, cogió una mochila negra donde puso provisiones, no mucho, un poco de agua y comida, sus herramientas ninjas que estaban en el portaobjetos también cabían en la mochila pero no las cambió de lugar y las dejó allí, se sentía mejor con ellas en el lugar donde las llevaba siempre.
Aunque no tenía reloj, sabía que ya era momento de volver y se animó a sí mismo.
Bueno aquí vamos, fuerza Geki
- ¡Volveré en treinta minutos!
Gritó mientras subía un brazo en forma de despedida. Las zancadas eran lo más largas que su cuerpo le permitía, las pisadas de la botas en la calle producían un sonido a golpe seco que retumbaba en el silencio de la noche, su respiración comenzaba a agitarse y el frío hacía arder un poco la garganta.
En su carrera intentaba recordar las cosas que guardaba en la despensa, qué sería de utilidad llevar y qué no. El corazón le retumbaba en el pecho como signos de agitación, pero de lo contrario a detenerse Geki continuó saltando por encima de las edificaciones para acortar el camino.
Abrió la puerta casi de un golpe, esta dejó escapar un chillido mientras se desplegaba hacia atrás. Estaba agitado, no había parado de correr hasta llegar a destino. Su cuerpo, despedía un vapor caliente y se intensificaba en la parte de la cabeza, hasta podía sentir como algunas gotas de sudor le corrían por dentro de los ropajes.
Suspiró, se dejó caer en una de las sillas de la casa, mientras pensaba que no tenía tiempo que perder, aunque qué, con la corrida que había hecho había ahorrado mucho. Se duchó rápido, cogió una mochila negra donde puso provisiones, no mucho, un poco de agua y comida, sus herramientas ninjas que estaban en el portaobjetos también cabían en la mochila pero no las cambió de lugar y las dejó allí, se sentía mejor con ellas en el lugar donde las llevaba siempre.
Aunque no tenía reloj, sabía que ya era momento de volver y se animó a sí mismo.
Bueno aquí vamos, fuerza Geki