28/11/2018, 02:06
El calvo levantó los hombros ante la pregunta de su compañero. Se adentro con dudas y a paso lento en la oficina del gordo y miró a su alrededor nuevamente. El resultado seguía siendo el mismo, nada a la vista.
— No, nada.
Fue entonces cuando a Karamaru se le ocurrió una idea. Levantó el índice y miró sonriendo al tiburón humano. A paso rápido salió de la habitación y se dirigió a la puerta más cercana desde donde estaban. Tomo el picaporte y se tomó un segundo antes de abrir, si todo seguía igual del otro lado se tendría que volver a sí mismo.
La puerta finalmente se abrió y del otro lado lo esperaba lo mismo que en la oficina del dueño del bar. Una pequeña sala a oscuras que solo se iluminaba por la luz que se escapaba de la sala principal. Ni pelado ni pescado repetido se pudo ver aquella vez.
«¿Nada tampoco?»
Volvió a mirar a su compañero y repitió su gesto de incertidumbre; hombros y cejas en alto sin tener nada claro que decirle. Caminó de nuevo a la sala principal, allí donde hacia prácticamente nada vigilaba el barman a los dos gennin. Su objetivo era salir de aquel lugar y parecía ser que habían encontrado el camino, por raro que pareciera.
— A ver, sígueme.— le pidió el monje a Kaido. Karamaru se dirigiría al exterior para enfrentarse al Sol nuevamente, para ver a poca gente pasar frente a ellos.
— ¿Y si las drogas pasaron? No sé, estamos afuera, ¿No? No creo que estas personas sean producto de nuestra cabeza...— hablaba lento y con dudas, sin creerse demasiado sus propias palabras y dudando de ellas.
— No, nada.
Fue entonces cuando a Karamaru se le ocurrió una idea. Levantó el índice y miró sonriendo al tiburón humano. A paso rápido salió de la habitación y se dirigió a la puerta más cercana desde donde estaban. Tomo el picaporte y se tomó un segundo antes de abrir, si todo seguía igual del otro lado se tendría que volver a sí mismo.
La puerta finalmente se abrió y del otro lado lo esperaba lo mismo que en la oficina del dueño del bar. Una pequeña sala a oscuras que solo se iluminaba por la luz que se escapaba de la sala principal. Ni pelado ni pescado repetido se pudo ver aquella vez.
«¿Nada tampoco?»
Volvió a mirar a su compañero y repitió su gesto de incertidumbre; hombros y cejas en alto sin tener nada claro que decirle. Caminó de nuevo a la sala principal, allí donde hacia prácticamente nada vigilaba el barman a los dos gennin. Su objetivo era salir de aquel lugar y parecía ser que habían encontrado el camino, por raro que pareciera.
— A ver, sígueme.— le pidió el monje a Kaido. Karamaru se dirigiría al exterior para enfrentarse al Sol nuevamente, para ver a poca gente pasar frente a ellos.
— ¿Y si las drogas pasaron? No sé, estamos afuera, ¿No? No creo que estas personas sean producto de nuestra cabeza...— hablaba lento y con dudas, sin creerse demasiado sus propias palabras y dudando de ellas.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘