30/11/2018, 01:23
Escuchada la historia, Kenzou suspiró por la nariz, esbozando una pequeña sonrisa sin enseñar los dientes. No era demasiado lo que le exponían: una niña asustada; que le transmitían mala espina; y comportamiento nervioso.
Pero aún así, le gustaba confiar en sus ninjas… y en sus intuiciones.
—Está bien, Yota-kun, enviaré una carta a Yui preguntándole si ha perdido a algún ninja —bromeó. En la mayoría de los casos, aquellos pormenores se resolvían con una simple carta amiga. O negociando. O, si no se podía por algún motivo, resolviéndolo con la máxima discreción. Pero preferiblemente agotando los primeros pasos antes—. De hecho, llegaste justo en el momento perfecto. Hace nada me llegó una carta suya preguntando si casualmente sabría algo de cierto accidente que casualmente había dejado sin cabeza a Sumizu Kouta.
Oh, la Arashikage no parecía muy contenta con aquel hecho. Pero que nada contenta.
Pero aún así, le gustaba confiar en sus ninjas… y en sus intuiciones.
—Está bien, Yota-kun, enviaré una carta a Yui preguntándole si ha perdido a algún ninja —bromeó. En la mayoría de los casos, aquellos pormenores se resolvían con una simple carta amiga. O negociando. O, si no se podía por algún motivo, resolviéndolo con la máxima discreción. Pero preferiblemente agotando los primeros pasos antes—. De hecho, llegaste justo en el momento perfecto. Hace nada me llegó una carta suya preguntando si casualmente sabría algo de cierto accidente que casualmente había dejado sin cabeza a Sumizu Kouta.
Oh, la Arashikage no parecía muy contenta con aquel hecho. Pero que nada contenta.