30/11/2018, 01:40
—Está bien, Yota-kun, enviaré una carta a Yui preguntándole si ha perdido a algún ninja
Asentí con la cabeza en actitud sumisa y de respeto. Poco más había que hacer en ese asunto por mi parte que dejar en manos de los superiores lo que se tuviera que hacer con el pescao ese.
De hecho, llegaste justo en el momento perfecto. Hace nada me llegó una carta suya preguntando si casualmente sabría algo de cierto accidente que casualmente había dejado sin cabeza a Sumizu Kouta.
Me quedé estupefacto. Tanto fue así que mis mandibulas se separaron un poco, pero lo suficiente como para que fuera evidentemente apreciable. Tenía que estar hablando de la estatua del Arashikage que yacía en el Valle del Fin. Kumopansa también se quedó mirando al viejo con la sorpresa dibujada en su pequeño y oscuro rostro.
— Esto tiene que ser obra de esas ratas traicioneras de Uzushiogakure
Joder, además de leerme la mente se me había adelantado. Se podría decir que aquel animal iba aprendiendo a pasos agigantados del que era su maestro. El problema es que no estaba del todo claro si su maestro era un buen tutor.
— Me lo has quitado de la boca... — dije recuperando el aliento, estaba siendo una noche de las intensas — Pero quizás no deberíamos adelantar acontecimientos, ¿cierto, Morikage-sama?
Asentí con la cabeza en actitud sumisa y de respeto. Poco más había que hacer en ese asunto por mi parte que dejar en manos de los superiores lo que se tuviera que hacer con el pescao ese.
De hecho, llegaste justo en el momento perfecto. Hace nada me llegó una carta suya preguntando si casualmente sabría algo de cierto accidente que casualmente había dejado sin cabeza a Sumizu Kouta.
Me quedé estupefacto. Tanto fue así que mis mandibulas se separaron un poco, pero lo suficiente como para que fuera evidentemente apreciable. Tenía que estar hablando de la estatua del Arashikage que yacía en el Valle del Fin. Kumopansa también se quedó mirando al viejo con la sorpresa dibujada en su pequeño y oscuro rostro.
— Esto tiene que ser obra de esas ratas traicioneras de Uzushiogakure
Joder, además de leerme la mente se me había adelantado. Se podría decir que aquel animal iba aprendiendo a pasos agigantados del que era su maestro. El problema es que no estaba del todo claro si su maestro era un buen tutor.
— Me lo has quitado de la boca... — dije recuperando el aliento, estaba siendo una noche de las intensas — Pero quizás no deberíamos adelantar acontecimientos, ¿cierto, Morikage-sama?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa