1/12/2018, 16:02
(Última modificación: 1/12/2018, 16:04 por Eikyuu Juro. Editado 1 vez en total.)
Juro escuchó, con los ojos abiertos, como su kage le sugería la idea de que el chico se hubiera drogado, y que todo venía de su imaginación. Empezó a sentir un calor en su pecho. Se sentía defraudado, pero él ya había imaginado algo así. Solo tenía que hacerselo ver.
« Calmate, calmate. Está todo bien. Te entenderá... » — se repitió así mismo.
— Supongo que la opción más lógica es esa, lo entiendo. Pero no tengo por costumbre consumir drogas, y menos cuando me encuentro con ninjas de otras aldeas — Juro suspiró, esta vez más pesadamente —. Lo siento, Morikage-sama. Sé que esto no es fácil para usted, pero tengo que explicarle mucho.
Juro se llevó una mano al estómago. Supuso que era la hora.
— No me agrada decirle esto, pero... ¿Recuerda el día que desperté tras el sellado? Usted me dijo que el bijuu estaba sellado. Qué no había peligro. Le creí. A pesar de ver como Ayame se descontrolaba en el examen, me lo creí, y pensé que su sello estaría mal hecho — Juro miró al suelo. Sintió ganas de reírse de su estupidez —. Se equivocaba, Morikage-sama. ¡Vaya si se equivocaba!
» Lo que tengo dentro es una bestia, un monstruo, eso no se lo niego. Pero... ¿Qué no tiene conciencia? ¿Qué sellado no tiene ninguna voluntad? Fue un error suponer eso — explicó Juro. Trataba de explicarselo amablemente, aunque sus palabras no eran muy agradables —. Ni si quiera es Nanabi. El bijuu de Ayame lo llamó Chomei. Al parecer, todos los bijuu tienen nombre, y se conocen entre sí. El bijuu de Ayame rompió el sellado y tomó el cuerpo de Ayame. No de una forma violenta, sino... inteligente. Dominaba su cuerpo, y lo controlaba a su voluntad, como si quisiera pasar desapercibida entre los humanos. Al verme, el Nanabi reaccionó, y me habló, desde el interior de mi. Es como una voz que resuena. Como si me hablara desde mi cabeza. Como la vez que me desperté. Usted creó que era mi imaginación, pero yo no tengo una imaginación tan horrible y retorcida.
Puso las manos sobre la mesa.
— ¿Cree que me lo estoy inventando? Nada más vernos, la Ayame poseída por su bijuu vio a través de mi. Supo que era el jinchuriki del Nanabi, y trató de establecer una conversación con mi bijuu — murmuró Juro —. ¿Cómo sabría Aotsuki Ayame que yo soy el jinchuriki sino? Nadie sabía de su existencia.
« Calmate, calmate. Está todo bien. Te entenderá... » — se repitió así mismo.
— Supongo que la opción más lógica es esa, lo entiendo. Pero no tengo por costumbre consumir drogas, y menos cuando me encuentro con ninjas de otras aldeas — Juro suspiró, esta vez más pesadamente —. Lo siento, Morikage-sama. Sé que esto no es fácil para usted, pero tengo que explicarle mucho.
Juro se llevó una mano al estómago. Supuso que era la hora.
— No me agrada decirle esto, pero... ¿Recuerda el día que desperté tras el sellado? Usted me dijo que el bijuu estaba sellado. Qué no había peligro. Le creí. A pesar de ver como Ayame se descontrolaba en el examen, me lo creí, y pensé que su sello estaría mal hecho — Juro miró al suelo. Sintió ganas de reírse de su estupidez —. Se equivocaba, Morikage-sama. ¡Vaya si se equivocaba!
» Lo que tengo dentro es una bestia, un monstruo, eso no se lo niego. Pero... ¿Qué no tiene conciencia? ¿Qué sellado no tiene ninguna voluntad? Fue un error suponer eso — explicó Juro. Trataba de explicarselo amablemente, aunque sus palabras no eran muy agradables —. Ni si quiera es Nanabi. El bijuu de Ayame lo llamó Chomei. Al parecer, todos los bijuu tienen nombre, y se conocen entre sí. El bijuu de Ayame rompió el sellado y tomó el cuerpo de Ayame. No de una forma violenta, sino... inteligente. Dominaba su cuerpo, y lo controlaba a su voluntad, como si quisiera pasar desapercibida entre los humanos. Al verme, el Nanabi reaccionó, y me habló, desde el interior de mi. Es como una voz que resuena. Como si me hablara desde mi cabeza. Como la vez que me desperté. Usted creó que era mi imaginación, pero yo no tengo una imaginación tan horrible y retorcida.
Puso las manos sobre la mesa.
— ¿Cree que me lo estoy inventando? Nada más vernos, la Ayame poseída por su bijuu vio a través de mi. Supo que era el jinchuriki del Nanabi, y trató de establecer una conversación con mi bijuu — murmuró Juro —. ¿Cómo sabría Aotsuki Ayame que yo soy el jinchuriki sino? Nadie sabía de su existencia.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60