7/12/2018, 21:22
¿¡Cómo!? ¿Qué habían decapitado la estatua de Sumizu Kouta!? El Uchiha no pudo evitar esbozar una sonrisa divertida. Incluso parte del dolor de nariz se le fue con ello. ¡Aquello era fantástico! Por los Dioses, si no estuviese la situación como estaba, incluso hubiese reído a carcajadas. Al fin, ¡al fin!, aquellos pisacharcos recibían un poco de su merecido. «Qué extraño que no lo viese a la vuelta…»
Había venido con tanta prisa, que ni se había fijado en la condenada estatua al atravesar el Valle del Fin. De hecho, ahora que lo pensaba, no había estado allí desde su combate contra Akame, cuando Shukaku había tomado control de su cuerpo. Estaba convencido de que por aquella época sí tenía la cabeza en su sitio, pues justamente habían librado la batalla encima de…
«Oh…»
… su…
«Oh, no».
… cabeza.
«Oh, no, ¡eso sí que no! ¡Me niego!» Akame le hubiese dicho algo. ¡Seguro que le hubiese dicho algo! Su Hermano, al contrario que él, era un chico responsable. ¡En la vida hubiese omitido una información tan crucial como aquella! Y, en ese momento, escuchó una risa en su cabeza; y fue también en ese preciso instante que se dio cuenta que se había puesto blanco, con la boca entreabierta y los ojos perdidos en algún punto del ventanal.
—¿C-cómo dicen? —«Mal, mal, ¡mal, MAL!»—. Oh… ¡Oh, sí! ¡Estamos en grave peligro, señores! —estalló, levantándose de un tirón y dando una palmada sobre la mesa, más fuerte de lo que hubiese querido. Se había prometido dosificar la información a Hanabi, pero en aquellos momentos necesitaba una bomba para eclipsar cualquier mínima sospecha sobre su persona—. ¡Aotsuki Ayame está siendo controlada por su bijū, Kokuō! Nada más verme, supo que llevaba a Shukaku en el interior. Y que Juro llevaba a Chōmei, a quien nosotros conocemos como Nanabi. Oh, y no solo eso. ¡Hubo una persona que revertió su sellado! Fue… —¿Cómo demonios se llamaba?—. No sé su nombre —cayó en la cuenta—, pero es una de las ocho Generales. Sí, verán, resulta que Kurama ha reclutado a ocho humanos a los que llama Generales. Una de estas Generales, mujer, se encontró con Ayame y ejecutó el Kyūjū Tensei, revertiendo el sellado. ¿Quién es Kurama? —se adelantó a la pregunta----. Pues un bijū. Y uno con muchas colas, por lo que me dijo Shukaku. Pretende hacer lo mismo con el resto de jinchūrikis y dominar el mundo —soltó, como si tal cosa.
»Y… Joder, todavía quedan muchas cosas por contar —dijo, agobiado, por las toneladas de información que tenía que suministrarles.
Había venido con tanta prisa, que ni se había fijado en la condenada estatua al atravesar el Valle del Fin. De hecho, ahora que lo pensaba, no había estado allí desde su combate contra Akame, cuando Shukaku había tomado control de su cuerpo. Estaba convencido de que por aquella época sí tenía la cabeza en su sitio, pues justamente habían librado la batalla encima de…
«Oh…»
… su…
«Oh, no».
… cabeza.
«Oh, no, ¡eso sí que no! ¡Me niego!» Akame le hubiese dicho algo. ¡Seguro que le hubiese dicho algo! Su Hermano, al contrario que él, era un chico responsable. ¡En la vida hubiese omitido una información tan crucial como aquella! Y, en ese momento, escuchó una risa en su cabeza; y fue también en ese preciso instante que se dio cuenta que se había puesto blanco, con la boca entreabierta y los ojos perdidos en algún punto del ventanal.
—¿C-cómo dicen? —«Mal, mal, ¡mal, MAL!»—. Oh… ¡Oh, sí! ¡Estamos en grave peligro, señores! —estalló, levantándose de un tirón y dando una palmada sobre la mesa, más fuerte de lo que hubiese querido. Se había prometido dosificar la información a Hanabi, pero en aquellos momentos necesitaba una bomba para eclipsar cualquier mínima sospecha sobre su persona—. ¡Aotsuki Ayame está siendo controlada por su bijū, Kokuō! Nada más verme, supo que llevaba a Shukaku en el interior. Y que Juro llevaba a Chōmei, a quien nosotros conocemos como Nanabi. Oh, y no solo eso. ¡Hubo una persona que revertió su sellado! Fue… —¿Cómo demonios se llamaba?—. No sé su nombre —cayó en la cuenta—, pero es una de las ocho Generales. Sí, verán, resulta que Kurama ha reclutado a ocho humanos a los que llama Generales. Una de estas Generales, mujer, se encontró con Ayame y ejecutó el Kyūjū Tensei, revertiendo el sellado. ¿Quién es Kurama? —se adelantó a la pregunta----. Pues un bijū. Y uno con muchas colas, por lo que me dijo Shukaku. Pretende hacer lo mismo con el resto de jinchūrikis y dominar el mundo —soltó, como si tal cosa.
»Y… Joder, todavía quedan muchas cosas por contar —dijo, agobiado, por las toneladas de información que tenía que suministrarles.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado