8/12/2018, 13:25
Kenzou escuchó, atento, lo que tenía que decirle su genin. De haber sido dos días o tres antes, aquella noticia hubiese caído como un mazazo. Ahora, tras todo lo que había pasado, apenas levantó media ceja.
Porque sí, Kenzou ya estaba al tanto de todo aquello. Y de más. Juro se lo había contado hacía poco. Ese era el verdadero motivo por el que estaba estresado y necesitaba estirar los músculos en un combate. Y, por qué negarlo, la razón de que fuese tan importante, ahora más que nunca, no tener peleas tontas con nadie.
—Lo sé —respondió—. Juro vino a contármelo. Lo descubrió hace unos días, ¿sabes? Pero…
Pero antes de eso, el Morikage tenía una pregunta. Yota sabía cuál era. El mundo sabía cuál era. Y los mismos dioses la esperaban impacientes.
—¿Por qué ahora? Mejor dicho —se corrigió—. ¿Por qué no antes?
Yota había tenido tiempo para contárselo. Podía habérselo dicho a Yubiwa, en el mismo viaje de vuelta. O esperar a llegar a Kusa para decírselo en persona. Pero no, había esperado meses, meses, para transmitirle una información tan importante.
Porque sí, Kenzou ya estaba al tanto de todo aquello. Y de más. Juro se lo había contado hacía poco. Ese era el verdadero motivo por el que estaba estresado y necesitaba estirar los músculos en un combate. Y, por qué negarlo, la razón de que fuese tan importante, ahora más que nunca, no tener peleas tontas con nadie.
—Lo sé —respondió—. Juro vino a contármelo. Lo descubrió hace unos días, ¿sabes? Pero…
Pero antes de eso, el Morikage tenía una pregunta. Yota sabía cuál era. El mundo sabía cuál era. Y los mismos dioses la esperaban impacientes.
—¿Por qué ahora? Mejor dicho —se corrigió—. ¿Por qué no antes?
Yota había tenido tiempo para contárselo. Podía habérselo dicho a Yubiwa, en el mismo viaje de vuelta. O esperar a llegar a Kusa para decírselo en persona. Pero no, había esperado meses, meses, para transmitirle una información tan importante.