8/12/2018, 21:51
Era difícil no malinterpretarlo cuando aseguraba que, antes de confiar una información tan importante a su Morikage, primero quería —no, quería no era la palabra que había empleado, sino que necesitaba— hablar con un amigo de Amegakure primero. Un ninja extranjero, vaya. Antes que con su jodido Kage.
No recordaba haber visto cosa igual.
Si Yota fuese un recipiente transparente, que se fuese llenando de un color verde a medida que hacía buenos méritos para ser presentado a Chunin, ahora mismo estaría perdiendo todos los ganados a pulso en su combate y unos extras de regalo.
Y luego le soltaba que el otro Hermano del Desierto era Uchiha Akame, y claro, el recipiente imaginario que era Yota se volvía un auténtico caos. Porque aquellos eran puntos a su favor, sin duda. Uchiha Akame… El campeón del Torneo de los Dojos. El mismo que había hecho desaparecer a Ayame en el examen. Un ninja no solo poderoso, sino con varios ases bajo la manga.
—Pues un poco raro y confuso sí que es, Yota —reconoció, aunque quizá no por lo que su genin estaba pensando—. A ver si lo he entendido bien —esbozó una sonrisa amable—. Sentiste una necesidad visceral, más todavía que informar a tu propio Morikage sobre algo tan importante, de hablar primero de esto con tu amigo amejin. No solo para indagar en el asunto, sino, ya de paso, pasarles a ellos tan valiosa información. Y todo esto sin consultarlo primero conmigo o un superior, sino por decisión propia e individual —¿Se estaba dejando algo? Ah, sí.
»Y luego tu otro amigo te aseguró que el otro Jinchuuriki era Akame. ¿Es todo esto correcto?
Kenzou seguía esbozando idéntica sonrisa…
… pero a Yota ya no le parecía tan amable.
No recordaba haber visto cosa igual.
Si Yota fuese un recipiente transparente, que se fuese llenando de un color verde a medida que hacía buenos méritos para ser presentado a Chunin, ahora mismo estaría perdiendo todos los ganados a pulso en su combate y unos extras de regalo.
Y luego le soltaba que el otro Hermano del Desierto era Uchiha Akame, y claro, el recipiente imaginario que era Yota se volvía un auténtico caos. Porque aquellos eran puntos a su favor, sin duda. Uchiha Akame… El campeón del Torneo de los Dojos. El mismo que había hecho desaparecer a Ayame en el examen. Un ninja no solo poderoso, sino con varios ases bajo la manga.
—Pues un poco raro y confuso sí que es, Yota —reconoció, aunque quizá no por lo que su genin estaba pensando—. A ver si lo he entendido bien —esbozó una sonrisa amable—. Sentiste una necesidad visceral, más todavía que informar a tu propio Morikage sobre algo tan importante, de hablar primero de esto con tu amigo amejin. No solo para indagar en el asunto, sino, ya de paso, pasarles a ellos tan valiosa información. Y todo esto sin consultarlo primero conmigo o un superior, sino por decisión propia e individual —¿Se estaba dejando algo? Ah, sí.
»Y luego tu otro amigo te aseguró que el otro Jinchuuriki era Akame. ¿Es todo esto correcto?
Kenzou seguía esbozando idéntica sonrisa…
… pero a Yota ya no le parecía tan amable.