10/12/2018, 23:51
—Cuando algo entra en mi cabeza que me da curiosidad no puedo simplemente pasar de largo, tengo que saberlo, hasta que no lo haga no podría marcharme —respondió la muchacha, algo más seria que antes.
Y Kokuō no pudo evitar soltar una risilla entre dientes.
—Oh, sí. Conozco esa sensación —comentó, maliciosa.
—Y no, no estoy esperando ningún barco, aproveché la situación para poder sentir la brisa del mar. —continuaba hablando la pelinegra, mientras guardaba la cajita en la bolsa junto al resto del contenido —. Por cierto... Sería siniestro que alguien siguiera a una persona con malas intenciones hacia ella, con malicia, mejor dicho. Pero seguirle por inocencia o interés diferente no debería causar ningún problema —replicó, aparentemente molesta.
Pero Kokuō simplemente ladeó la cabeza.
—Alguien que se siente perseguido no sabe qué intenciones tiene su seguidor. Ya pueden ser buenas o malas, que para el que lo sufre no va a ser algo menos que siniestro —repitió, aunque desde luego no era su caso—. Creía que era algo evidente, pero es evidente que usted no piensa lo mismo, señorita.
«Humanos...»
Y Kokuō no pudo evitar soltar una risilla entre dientes.
—Oh, sí. Conozco esa sensación —comentó, maliciosa.
«¡¡¡EH!!!»
—Y no, no estoy esperando ningún barco, aproveché la situación para poder sentir la brisa del mar. —continuaba hablando la pelinegra, mientras guardaba la cajita en la bolsa junto al resto del contenido —. Por cierto... Sería siniestro que alguien siguiera a una persona con malas intenciones hacia ella, con malicia, mejor dicho. Pero seguirle por inocencia o interés diferente no debería causar ningún problema —replicó, aparentemente molesta.
Pero Kokuō simplemente ladeó la cabeza.
—Alguien que se siente perseguido no sabe qué intenciones tiene su seguidor. Ya pueden ser buenas o malas, que para el que lo sufre no va a ser algo menos que siniestro —repitió, aunque desde luego no era su caso—. Creía que era algo evidente, pero es evidente que usted no piensa lo mismo, señorita.
«Humanos...»