12/12/2018, 21:25
—A mí me quiere sonar que llegaste a hacer una especie de acuerdo con él —comenzó Hanabi—, que no salió bien. Entonces el tipo ve vuestra pelea en el estadio, y luego ocurre todo, y luego vuelve esposado con Akame, afirmando que él estaba a punto de despedirse cuando ordenó que Uzumaki Eri le esposara. Quizás, sólo quizás, eso le superó. Lástima, porque resulta que ese incidente me dio el inicio de un hilo desde el que tirar. Si no la hubiese cagado de aquella manera, quizás hasta tendríamos que disculparnos con él.
Hanabi había mantenido la cabeza gacha todo ese rato, pero ahora miraba a Datsue a los ojos. Clavaba aquellos luceros naranja con determinación. Sin miedo, pero con la cautela de alguien que está guardando un disparo en la recámara. Su semblante se tornó serio, más de lo normal. Suspiró.
»Datsue, por favor. Tengo algo muy importante que contarte. Pero antes tengo que pedirte que dejes ya de ser tan influenciable con esa tal Aiko. Esa tal Aiko está MUERTA. Asúmelo. Asume que en este mundo, los ninjas caen en combate. Sufren castigos disciplinarios. Aiko ya no existe. Es el pasado. Aquél día me prometiste que serías mi ninja, Datsue.
»Y no te lo voy a guardar más. Datsue, aquél día también te dije que la villa estaría aquí para ti. No quiero que tengas ningún secreto conmigo, así que yo no los tendré contigo. Datsue, ¿recuerdas aquella pregunta del primer examen que os hice a ti y a Akame?
Hubo unos segundos de silencio compremetedor. Sin duda, aunque Hanabi no había concretado a qué pregunta se refería, Datsue supo con toda certeza cual de ellas era.
»Durante el incidente, por supuesto, le di más credibilidad a uno de mis jounin que a un pazguato de Amegakure. Pero que el tío se tomara aquello tan personal, que intentara atacarlo... Además, Akame no es como tú, Datsue. Akame no sabe mentir. Su mirada, Akame. Su mirada transmitía algo más. Akame quería algo más aquél día. Akame no había traído a Amedama Daruu y a Aotsuki Ayame al hospital como un acto de caridad.
»Bueno, eso es simplemente una sospecha. No obstante...
»Junté un pequeño equipo de ANBU e investigué. Removí cielo y tierra. Algo me decía que Akame no estaba trabajando para mi, sino para... no sé, ¿quizás la sombra de Zoku me perseguía todavía? Lo que averigüé fue algo mucho peor.
»Trabaja para una organización externa llamada Tengu. En concreto, para una mujer llamada Kunie. No sabemos quién es. No sabemos qué quiere. Por desgracia, le pusieron alguna especie de... protección mental muy poderosa. Pero lo que sí sabemos es que entró en la villa para servir de doble agente. Y eso, Datsue, no podemos perdonarlo.
»No quiero que te sulfures. Pero tu compañero... es un traidor. Y permanecerá en la cárcel hasta que averigüemos algo más.
»¿Sigo teniéndote conmigo? ¿Sigues siendo mi ninja?
Hanabi había mantenido la cabeza gacha todo ese rato, pero ahora miraba a Datsue a los ojos. Clavaba aquellos luceros naranja con determinación. Sin miedo, pero con la cautela de alguien que está guardando un disparo en la recámara. Su semblante se tornó serio, más de lo normal. Suspiró.
»Datsue, por favor. Tengo algo muy importante que contarte. Pero antes tengo que pedirte que dejes ya de ser tan influenciable con esa tal Aiko. Esa tal Aiko está MUERTA. Asúmelo. Asume que en este mundo, los ninjas caen en combate. Sufren castigos disciplinarios. Aiko ya no existe. Es el pasado. Aquél día me prometiste que serías mi ninja, Datsue.
»Y no te lo voy a guardar más. Datsue, aquél día también te dije que la villa estaría aquí para ti. No quiero que tengas ningún secreto conmigo, así que yo no los tendré contigo. Datsue, ¿recuerdas aquella pregunta del primer examen que os hice a ti y a Akame?
Hubo unos segundos de silencio compremetedor. Sin duda, aunque Hanabi no había concretado a qué pregunta se refería, Datsue supo con toda certeza cual de ellas era.
»Durante el incidente, por supuesto, le di más credibilidad a uno de mis jounin que a un pazguato de Amegakure. Pero que el tío se tomara aquello tan personal, que intentara atacarlo... Además, Akame no es como tú, Datsue. Akame no sabe mentir. Su mirada, Akame. Su mirada transmitía algo más. Akame quería algo más aquél día. Akame no había traído a Amedama Daruu y a Aotsuki Ayame al hospital como un acto de caridad.
»Bueno, eso es simplemente una sospecha. No obstante...
»Junté un pequeño equipo de ANBU e investigué. Removí cielo y tierra. Algo me decía que Akame no estaba trabajando para mi, sino para... no sé, ¿quizás la sombra de Zoku me perseguía todavía? Lo que averigüé fue algo mucho peor.
»Trabaja para una organización externa llamada Tengu. En concreto, para una mujer llamada Kunie. No sabemos quién es. No sabemos qué quiere. Por desgracia, le pusieron alguna especie de... protección mental muy poderosa. Pero lo que sí sabemos es que entró en la villa para servir de doble agente. Y eso, Datsue, no podemos perdonarlo.
»No quiero que te sulfures. Pero tu compañero... es un traidor. Y permanecerá en la cárcel hasta que averigüemos algo más.
»¿Sigo teniéndote conmigo? ¿Sigues siendo mi ninja?