16/12/2018, 23:38
Una sonrisa de victoria se dibujó en su rostro redondo y regordete, confirmo lo que el peligris había dicho y le siguió hasta la mesa en donde se sentó. Akane se hizo un par de sillas más allá - Te diría gracias, pero... - Clavo sus ojos miel en los azabaches contrarios - Es lo menos que puedes hacer, por señalarme y tratarme como a una criminal - agrego desviando la vista de Geki, alisando con sus manos la tela verde del mantel que cubría gran parte de la mesa.
Espero paciente a que trajeran la comida, mientras observaba atreves de la ventana el pintoresco paisaje que se presentaba fuera. El baño le había caído de maravilla, aunque había sido corto, se sentía renovada "Debo invitar al abuelo" pensó, mientras tarareaba intentando distraerse para no pensar más en el hambre que tenía.
-Aquí tienen, disfrútenla -
La voz de la señorita la saco de sus pensamientos, y el olor de la comida llego rápidamente a su nariz, embriagándola - ¡Gracias! - su rostro se ilumino ¡Ya podía saborearlo! casi pudo jurar que babeaba, y sinceramente no le importaba. El menú consistía en Udon, una sopa con pastas gruesas acompañadas con algunos mariscos y kabayaki sobre arroz blanco. Todo olía muy bien, así que no se tomó la molestia en esperar a que su acompañante comenzara a comer, no habían protocolos que la detuvieran cuando se traba de su más grande pasión: Comer.
- ¡Provecho! – tomo los palillos y se llevó el primer bocado.
Espero paciente a que trajeran la comida, mientras observaba atreves de la ventana el pintoresco paisaje que se presentaba fuera. El baño le había caído de maravilla, aunque había sido corto, se sentía renovada "Debo invitar al abuelo" pensó, mientras tarareaba intentando distraerse para no pensar más en el hambre que tenía.
-Aquí tienen, disfrútenla -
La voz de la señorita la saco de sus pensamientos, y el olor de la comida llego rápidamente a su nariz, embriagándola - ¡Gracias! - su rostro se ilumino ¡Ya podía saborearlo! casi pudo jurar que babeaba, y sinceramente no le importaba. El menú consistía en Udon, una sopa con pastas gruesas acompañadas con algunos mariscos y kabayaki sobre arroz blanco. Todo olía muy bien, así que no se tomó la molestia en esperar a que su acompañante comenzara a comer, no habían protocolos que la detuvieran cuando se traba de su más grande pasión: Comer.
- ¡Provecho! – tomo los palillos y se llevó el primer bocado.
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