17/12/2018, 01:46
Sintiendo una épica combinación de cansancio y satisfacción, Kazuma abandono el edificio del kage, disculpándose de nuevo por el desorden y agradeciendo reiterativamente la atención.
—Ha sido un encargo interesante —admitió, sonriéndole al cielo—. Necesito un baño, algo de comer y una buena siesta.
Había superado su primera misión, y si no fuera porque estaba agotado, hubiese mostrado un poco más de emoción. Aunque le consolaba el hecho de poder hacerlo, de forma posterior, con su sensei.
Además, había aprendido unas cuantas cosas: sobre como compartir información de forma descuidada era un error garrafal, y como ese error, en apariencia intrascendente, podía manifestarse posteriormente, en la forma de muchas dificultades. También aprendió que, si necesitaba que alguien hiciese un trabajo sucio por él, al menos debía asegurarse de que tuviera un poco de cerebro. También hubo cosas olvidadas, como la afrenta de aquel vendedor de té y sus matones, como la bandana que llevaba en su bolsillo y en cuya existencia no había reparado más… Y él sabía que algo se perdía de su memoria, pero tenía la paciencia suficiente para esperar a que retornara, a que retornara y le pusiese en marcha por un nuevo camino, acaso en una nueva aventura.
—Ha sido un encargo interesante —admitió, sonriéndole al cielo—. Necesito un baño, algo de comer y una buena siesta.
Había superado su primera misión, y si no fuera porque estaba agotado, hubiese mostrado un poco más de emoción. Aunque le consolaba el hecho de poder hacerlo, de forma posterior, con su sensei.
Además, había aprendido unas cuantas cosas: sobre como compartir información de forma descuidada era un error garrafal, y como ese error, en apariencia intrascendente, podía manifestarse posteriormente, en la forma de muchas dificultades. También aprendió que, si necesitaba que alguien hiciese un trabajo sucio por él, al menos debía asegurarse de que tuviera un poco de cerebro. También hubo cosas olvidadas, como la afrenta de aquel vendedor de té y sus matones, como la bandana que llevaba en su bolsillo y en cuya existencia no había reparado más… Y él sabía que algo se perdía de su memoria, pero tenía la paciencia suficiente para esperar a que retornara, a que retornara y le pusiese en marcha por un nuevo camino, acaso en una nueva aventura.