17/12/2018, 01:51
La cabeza de Datsue se movió sola, asintiendo por él.
—Lo entiendo… G-gracias. —Su boca habló también por si sola, y el Uchiha no la sintió como suya.
Su cuerpo se levantó. Realizó una reverencia. Se despidió. Era un jodido autómata que, ya no es que no sintiese su propio cuerpo, sino que ya no sentía ni que pertenecía a aquel mundo. Aiko. Akame. Las dos personas que más le habían llegado a importar, y le habían arrebatado a ambos. Y Datsue, crítico como solo él podía serlo, con todos los que se habían negado a echarle una mano, ¿qué hacía él ahora?
«Te vas a dormir».
Con Akame encarcelado.
Con Aiko bajo el lago.
«Y te vas a dormir».
El mundo sabía que era un mentiroso, y eso nunca le había importado. Pero ahora, ahora era un puto fraude. Era el mayor hipócrita de todos. Era un imbécil, que se había calentado la boca juzgando al resto y, cuando se enfrentaba a la misma problemática, agachaba la cabeza como todos.
Fue entonces cuando se dio cuenta. Que se había quedado corto en lo que había dicho de Akame, y de lo mucho que le influenciaba. Junto a él, no tenía miedo de enfrentarse ante nada ni nadie por defender lo que consideraba suyo. Porque sabía que, le apoyase o no, al final él siempre estaría cubriéndole las espaldas.
Así eran los camaradas.
Pero sin Akame, ¿quién estaría ahí? ¿Eri, que se preocupaba más de hacer las paces con Ayame que de hablar con él tras lo sucedido? ¿Nabi, que en cuanto escuchase la palabra traidor y Akame juntos en la misma frase se cerraría en banda ante cualquier posibilidad de perdón a su Hermano?
Sí, tenía toda la labia del mundo. Charlatán, muy simpático cuando quería. Y estaba en su propia Villa. Por los suyos. Pero Datsue…
Datsue se sintió más solo que nunca en la vida.
—Lo entiendo… G-gracias. —Su boca habló también por si sola, y el Uchiha no la sintió como suya.
Su cuerpo se levantó. Realizó una reverencia. Se despidió. Era un jodido autómata que, ya no es que no sintiese su propio cuerpo, sino que ya no sentía ni que pertenecía a aquel mundo. Aiko. Akame. Las dos personas que más le habían llegado a importar, y le habían arrebatado a ambos. Y Datsue, crítico como solo él podía serlo, con todos los que se habían negado a echarle una mano, ¿qué hacía él ahora?
«Te vas a dormir».
Con Akame encarcelado.
Con Aiko bajo el lago.
«Y te vas a dormir».
El mundo sabía que era un mentiroso, y eso nunca le había importado. Pero ahora, ahora era un puto fraude. Era el mayor hipócrita de todos. Era un imbécil, que se había calentado la boca juzgando al resto y, cuando se enfrentaba a la misma problemática, agachaba la cabeza como todos.
Fue entonces cuando se dio cuenta. Que se había quedado corto en lo que había dicho de Akame, y de lo mucho que le influenciaba. Junto a él, no tenía miedo de enfrentarse ante nada ni nadie por defender lo que consideraba suyo. Porque sabía que, le apoyase o no, al final él siempre estaría cubriéndole las espaldas.
Así eran los camaradas.
Pero sin Akame, ¿quién estaría ahí? ¿Eri, que se preocupaba más de hacer las paces con Ayame que de hablar con él tras lo sucedido? ¿Nabi, que en cuanto escuchase la palabra traidor y Akame juntos en la misma frase se cerraría en banda ante cualquier posibilidad de perdón a su Hermano?
Sí, tenía toda la labia del mundo. Charlatán, muy simpático cuando quería. Y estaba en su propia Villa. Por los suyos. Pero Datsue…
Datsue se sintió más solo que nunca en la vida.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado