28/12/2018, 23:52
—¡ANDA NO ME JODAS, ZETSUO! ¡Que Kiroe ya acaba de decir que se vino y volvió! ¡Qué chakra ni que Sumizu muerto! —estalló Yui—. ¡Podría haberos enviado refuerzos! ¡Podría haberos avisado de lo que le había pasado a Ayame! Y en su lugar, os dejasteis llevar por las emociones —masculló con decepción, casi con rabia—. ¡Debería quitarte la placa de Jōnin, joder! ¡Pero ahora tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos!
Zetsuo en su sitio, se había puesto rígido como una vara de hierro. Las palabras de Yui le habían sentado como si le hubiese asestado una patada en los huevos. Había acertado justo en la diana de su orgullo. ¿Que se había dejado llevar por las emociones? ¿Él? En realidad, lo que peor le sentaba era que no podía negarlo. Había actuado de forma completamente opuesta a lo que se esperaba de él, del muro de acero de Amegakure que siempre se jactaba de que los sentimientos volvían débiles a las personas. Él se había vuelto débil.
—¡Levantos! —ordenó la Arashikage, y él obedeció, con movimientos tan lentos como ortopédicos—. Y decidme cualquier otra cosa que deba saber sobre el rescate o Ayame, antes de que hable con ella.
—Según sabemos por Uzu y Kusa —habló Shanise—, la mujer que revertió el sello, Kuroyoki, es una de las ocho Generales de Kurama. Un bijū que quiere dominar el mundo, el cual Kenzou afirma debe tratarse del Ocho o Nueve Colas.
—Nueve —completó Zetsuo, y entonces bajó la mirada hacia el cuerpo inerte del bijū—. La interrogamos después del... conflicto. Y lo confesó todo. Que Ayame se había encontrado con aquella mujer en el Valle del Fin, durante su regreso hacia Amegakure. Que la reconoció como jinchuriki de inmediato y que ella intentó huir, pero terminó siendo abatida... —Zetsuo volvió a apretar las mandíbulas, lleno de rabia. Y los dedos de sus manos se cerraron con sendos crujidos—. El Gobi confesó que el Nueve Colas estaba colaborando con aquella mujer, pero no sabíamos que había otros siete. ¿Los Ocho Generales de Kurama? ¿Pero qué jodida locura es esa? ¿Y cómo cojones sabían todo eso los shinobi de Kusagakure y Uzushiogakure?
Zetsuo en su sitio, se había puesto rígido como una vara de hierro. Las palabras de Yui le habían sentado como si le hubiese asestado una patada en los huevos. Había acertado justo en la diana de su orgullo. ¿Que se había dejado llevar por las emociones? ¿Él? En realidad, lo que peor le sentaba era que no podía negarlo. Había actuado de forma completamente opuesta a lo que se esperaba de él, del muro de acero de Amegakure que siempre se jactaba de que los sentimientos volvían débiles a las personas. Él se había vuelto débil.
—¡Levantos! —ordenó la Arashikage, y él obedeció, con movimientos tan lentos como ortopédicos—. Y decidme cualquier otra cosa que deba saber sobre el rescate o Ayame, antes de que hable con ella.
—Según sabemos por Uzu y Kusa —habló Shanise—, la mujer que revertió el sello, Kuroyoki, es una de las ocho Generales de Kurama. Un bijū que quiere dominar el mundo, el cual Kenzou afirma debe tratarse del Ocho o Nueve Colas.
—Nueve —completó Zetsuo, y entonces bajó la mirada hacia el cuerpo inerte del bijū—. La interrogamos después del... conflicto. Y lo confesó todo. Que Ayame se había encontrado con aquella mujer en el Valle del Fin, durante su regreso hacia Amegakure. Que la reconoció como jinchuriki de inmediato y que ella intentó huir, pero terminó siendo abatida... —Zetsuo volvió a apretar las mandíbulas, lleno de rabia. Y los dedos de sus manos se cerraron con sendos crujidos—. El Gobi confesó que el Nueve Colas estaba colaborando con aquella mujer, pero no sabíamos que había otros siete. ¿Los Ocho Generales de Kurama? ¿Pero qué jodida locura es esa? ¿Y cómo cojones sabían todo eso los shinobi de Kusagakure y Uzushiogakure?