8/10/2015, 23:46
Con la visión borrosa por las lágrimas que inundaba sus ojos, apenas pudo percibir el movimiento de Daruu, que se acercaba a ella con lentitud. Incluso llegó a sobresaltarse cuando colocó su brazo derecho en diagonal, su mano cerrada con sólo los dedos índice y corazón extendidos hacia ella. El sello de la reconciliación.
Daruu estaba dando por finalizado el combate.
«Seguimos siendo camaradas tras el enfrentamiento.»
Sin embargo, Ayame agachó la mirada y se mordió el labio inferior. Su cuerpo temblaba, y por un momento agradeció que la lluvia camuflara sus lágrimas. Aquella extraña mezcla de rabia, miedo y tristeza quemaban en su garganta como carbones al rojo vivo.
—No... no puedo rendirme... Debo continuar... mientras pueda seguir moviéndome... —murmuró, con un hilo de voz. ¿Qué diría su padre si la viera tirar la toalla de aquella manera?
Había empezado tan bien el combate... Pero se había dado la vuelta de una manera tan repentina...
Con lo bien que iba.
Daruu estaba dando por finalizado el combate.
«Seguimos siendo camaradas tras el enfrentamiento.»
Sin embargo, Ayame agachó la mirada y se mordió el labio inferior. Su cuerpo temblaba, y por un momento agradeció que la lluvia camuflara sus lágrimas. Aquella extraña mezcla de rabia, miedo y tristeza quemaban en su garganta como carbones al rojo vivo.
—No... no puedo rendirme... Debo continuar... mientras pueda seguir moviéndome... —murmuró, con un hilo de voz. ¿Qué diría su padre si la viera tirar la toalla de aquella manera?
Había empezado tan bien el combate... Pero se había dado la vuelta de una manera tan repentina...
Con lo bien que iba.